Emoción, expectación, esperanza... Tres sentimientos que se han ido agolpando esta mañana en torno a la fosa del cementerio civil de Castelló. Estamos junto a la Fila 1, sepultura 8, bajo la que deben encontrarse los restos de Rafael Prades Trueba, fusilado el 21 de agosto de 1939. En ella trabajan desde esta mañana los integrantes del grupo ArqueoAntro, capitaneados por Miguel Mezquida, y bajo la mirada de Carmen Arnal, nieta de Prades, que confía en que los trabajos tengan el éxito que todos esperan para cicatrizar heridas, incinerar los restos y llevarse a casa a "mi abuelo".

No ha sido la única en acudir en este primer día, tan esperado, para exhumar los restos de los tres primeros represaliados del franquismo del cementerio civil castellonense, todos ellos fusilados en el cauce del río Seco. En el viejo camposanto de San José ha estado también Josep Viciana, nieto de José Monfort Gil, que fue ejecutado el 30 de mayo de 1941. La hija de Monfort, María, tiene 91 años y aún no ha podido viajar a Castelló desde Terrassa, donde viven ahora, pero "espera emocionada el momento de encontrar a su padre", nos comenta Josep Viciana.

La tercera familia que tiene marcado este momento en el calendario es la de Eduardo Ferreres, fusilado el 24 de enero de 1940, pero esta mañana no han podido acudir todavía. Su hija, Mercedes Ferreres (91 años), cuenta los días en los que poder localizar a su padre.

La intención de ArqueoAntro, asesorados en todo momento por el Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló, es trabajar sobre el terreno durante dos semanas, tiempo que consideran prudencial para poder localizar los restos de los tres represaliados, primero Rafael Prades y después José Monfort y Eduardo Ferreres. Todo ello, cabe recordarlo, gracias a la implicación del Ayuntamiento de Castelló y su concejala de Cultura, Verònica Ruiz, presente esta mañana junto a otros representantes municipales.

Las primeras sorpresas

Los trabajos, iniciado curiosamente un 20-N, han comenzado ya con sorpresas, porque a media mañana se han localizado las placas de dos personas que se suponía estaban enterradas en el cuadro del cementerio civil: Benigno Morata y Andrés Lozano, según informa la investigadora de la Memòria Històrica de Castelló Queta Ródenas. Su aparición, junto a unas cajas, podría llevar ahora a la necesidad de tener que desenterrar los restos -si aparecen- de las tres personas que se supone hay ahora en el punto de excavación -una vez se localice a las familias-, lo que obligaría a cotejar el ADN de todas para identificarlos.

Según recuerda Queta Ródenas, en marzo de 1939, según los estudios de la Memòria Històrica, comenzaron los enterramientos en el cementerio civil, posiblemente por falta de espacio en el católico. Las investigaciones hablan de unas 530 víctimas que fueron colocadas en 14 filas. Cuando en diciembre de 1942 se acabó también el espacio, se comenzó a utilizar la parte lateral situada en un nivel más bajo. Allí se continuó enterrando hasta 1947, cuando se dio sepultura a Salvador Denia Expósito, la última víctima.

Con la llegada del crematorio se construyó el columbario en este cuadro bajo pr lo que, según señala Ródenas, los restos que allí había se trasladaron supuestamente al osario. "La sorpresa ha sido que hoy han aparecido las placas de dos de ellos con cajas de reducción", comenta la investigadora, consciente de que estos hallazgos podrían continuar durante los próximos días.

Una vez se localicen todos los restos, se enviarán a la Universidad Complutente de Madrid para analizar el ADN, proceos aún lento que podría llevar a tener que esperqr un año todavía para poder determinar la identidad de todos ellos y pemritir, por fin, a sus familias cerrar este intenso capítulo emocional.