La oposición en bloque ha despedido esta mañana la etapa de Javier de Moliner, del PP, al frente de la presidencia de la Diputación de Castelló, con un no al proyecto de presupuestos de la corporación provincial para 2019. El titular de la institución ha defendido el documento y ha señalado que el voto en contra del PSPV, Ciudadanos, Compromís y Castelló en Moviment (CseM) repondode al "viejo tacticismo político" del oportunismo electoral.

No obstante, la mayoría absoluta de la que goza el PP en la corporación ha sido suficiente para sacar adelante las cuentas de la institución, que ascienden a 143 millones de euros (ocho más que en el presente ejercicio) y recogen una inversión global de 55 millones de euros. El documento, por primera vez en la historia de la institución, no incluye ninguna partida en apartado de gastos financieros, tras haber dejado a cero la deuda con los bancos.

En la votación de los anteriores presupuesto, el de 2017 y el vigente de este año, PSPV, Ciuudadanos y Compromís, se abstuvieron, mientras la formación asambleria CseM votó en contra.

El pleno también ha sacado adelante la nueva relación de puestos de trabajo de la Diputación. En este apartado del personal, el aspecto más destacado ha sido la aprobación del plus por la carrera profesional a los funcionarios.

La sesión plenaria de esta mañana igualmente ha dado luz verde a licitación de la nueva contrata para el mantenimiento, gestión y explotación de la piscina provincial, propiedad de la diputación. El gobierno del PP ha optado por el modelo de adjudicación de un contrato de gestión de servicios públicos frente a la tradicional contrata en régimen de concesión. Ello implica que la Diputación correrá a cargo de todos los gastos, estimados en un millón de euros al año, a cambio de los ingresos que genere la instalación. El nuevo contrato será por tres años, prorrogable por otros dos más.