la maquinaria está dejando de rodar. La recuperación en España se está estancando, apagando, agotando? Día que pasa, día que la coyuntura de nuestro país va a peor. Los datos del paro están de nuevo aumentando y las previsiones económicas de los principales organismos internacionales están revisándose a la baja. Este miércoles, FMI y la OCDE daban un baño de realidad al Gobierno de Sánchez y Bruselas echaba por tierra los presupuestos de ciencia ficción que ha presentado ante la UE. Las grandes multinacionales anuncian recortes de plantilla, una situación de inestabilidad de la que Castellón no es escapa. Sin ir más lejos, desde octubre, los expedientes de regulación de empleo están volviendo a crecer en la industria cerámica, nuestro principal motor de riqueza, y el turismo está estancado.

El panorama no es casual. La historia se repite. Es lo que ocurre cada vez que gobierna el PSOE, solo o con aliados: traen paro, endeudamiento y falta de prosperidad. No saben gestionar. Su política se basa en los titulares y los anuncios sin calibrar su alcance. Y los globos sonda y ocurrencias que lanzan para desviar la atención de la opinión pública de los asuntos que realmente son importantes para los españoles generan de todo menos la confianza que los grandes inversores necesitan o los españolitos de a pie demandamos para concretar nuestros planes de compra. ¿O acaso están claras las condiciones para la compra de una vivienda o qué modelo de vehículo es el que más nos conviene adquirir?

Sin estabilidad y seguridad jurídica no hay progreso. Y el principal de los pilares para el crecimiento de un país es contar con los Presupuestos Generales. Sin esa columna vertebral, el Estado no puede ofertar los servicios que tiene la obligación de prestar y le es imposible desarrollar las inversiones para seguir creciendo. Las decisiones que Pedro Sánchez nos afectan de lleno a Castellón. Que nadie piense que lo que diga o haga el presidente no nos influye. El 'okupa' Pedro Sánchez llegó a la Moncloa y se puso a gobernar con un presupuesto aprobado, el del PP. Unas cuentas contra las que votó, pero que recogían todas las inversiones que Castellón necesitaba. Hasta 141 millones de euros de inversiones directas. Aun así, todas han quedado en papel mojado.

El PSOE está más pendiente en que no le muevan la silla que en gobernar para los castellonenses. Los Cercanías al norte se han puesto en marcha porque así lo dejamos previsto, pero sin los nuevos convoyes que se preveían. El Corredor Mediterráneo está estancado. Fomento acaba de anunciar que no va a invertir los 434 millones que se preveían para que la autovía gratis se construya entre Vilanova d'Alcolea y Tarragona. Ni tampoco bonifica la autopista de peaje, algo de lo que sí disfrutan los catalanes. No hay avances en el acceso ferroviario sur al puerto, ni en las carreteras previstas, ni en la estación intermodal? Todo bloqueado.

¿Y qué pasa con los espigones de la zona sur del litoral de la provincia? Hasta 7,8 millones de euros se preveían solo para consolidar y proteger la costa de Almenara, que en este 2018 debía contar con el informe ambiental para en 2019 iniciar las obras. Paralelamente, se iba avanzando en la licitando de los proyectos para Xilxes, La Llosa, Moncofa, Nules, Burriana? Nada se sabe. Los alcaldes socialistas, los que tan reivindicativos eran durante el mandato del PP, a pesar de que en aquel momento los proyectos sí estaban avanzando e iban saliendo, ahora mantienen un perfil bajo. Es el momento de proteger sus siglas antes que luchar por los intereses de sus vecinos.

Noviembre se acaba y no hay proyecto de presupuestos. Y sin presupuestos, un país no puede funcionar. Seguramente eso le da igual a Pedro Sánchez, a pesar de que él mismo le decía a Rajoy que sin presupuestos no se puede gobernar y que convocara elecciones. A él solo le preocupa ahora saber si le da más rédito electoral hacer coincidir todas las elecciones en un mismo domingo. Sus decisiones, sus malas decisiones, las vamos a acabar pagando todos. No nos acordamos ya lo que fue pasar la grave crisis en la que España estaba en el año 2008, esa que Zapatero negaba y que nos sumió en la peor de las recesiones. Y hoy, lamentablemente, estamos un paso más cerca de ella. También en Castellón. Y eso será culpa del Gobierno del PSOE de Pedro Sánchez.

Mal vamos, y mal acabaremos.