La tensión latente entre la familia y amigos del joven Maikel, asesinado a hachazos el 6 de enero de 2017, y la familia del adulto acusado por el brutal crimen, afloró ayer al inicio de la segunda sesión de la vista oral con jurado que se celebra en la Audiencia de Castelló. El juicio se desarrolla a puerta cerrada, salvo para los padres de la víctima y del acusado. El juicio concluye hoy con la lectura del veredicto del jurado. Por estos hechos ya fueron condenados otros dos menores a ocho y cinco años de internamiento.

Al poco de comenzar la sesión de la vista de ayer cuando declaraba un agente, el padre de Maikel se abalanzó sobre el acusado para agredirle. El hombre fue reducido por los dos agentes que custodiaban al procesado y otros agentes de paisano que estaban en la sala para declarar como testigos. La trifulca fue oída por otro grupo de familiares que estaba en el exterior, éstos rompieron el cordón de seguridad e irrumpieron la sala para unirse al tumulto.

La Guardia Civil controló la trifulca sin que se registrarse ningún lesionado. Los agentes procedieron al arresto de cuatro personas implicadas en tumulto: el padre y la viuda de Maikel, un hermano y un cuñado. Todos permanecen detenidos a la espera de pasar a disposición del juez de guardia por los presuntos delitos de alteración del orden público, atentando contra la autoridad y desobediencia.

Este altercado provocó la suspensión de la vista oral durante unos 15 minutos y, en paralelo, un refuerzo de los efectivos de la Guardia Civil tanto en el acceso principal del Palacio de Justicia como a la sala de vistas. Los familiares y amigos del joven asesinado prosiguieron con su concentración a las puertas del palacio.

La segunda sesión de la vista oral prosiguió ayer con la declaración de los agentes que participaron en la investigación y esclarecimiento del crimen, así como de los informes de los forenses.

Los agentes, según ha confirmado la abogada de la acusación particular, la letrada Amin Aarim, ratificaron como los tres autores del crimen llevaron a casa de uno de ellos a Maikel con la excusa de que le iban a pagar una deuda pendiente y lo condujeron a una dependencia de la vivienda, una sala del garaje, «donde no había escapatoria».

Los informes forenses confirmaron que el ataque a Maikel comenzó por parte del acusado [extremo que el procesado ha reconocido] cuando la víctima estaba agachado y de espaldas. El informe psiquiátrico realizado al procesado revela que sufre un trastrono límite de la personalidad, es decir, es una persona sumisa.

Al termino de la vista oral, las partes elevaron a definitivas sus conclusiones, salvo la defensa que cambió la calificación de asesinato a homicidio, con las atenuantes de confesión e intoxicación. El fiscal pide 22 años de cárcel para el procesado y las tres acusaciones particulares elevan esta pena a 25 años de prisión.