Como si de una película se tratase, estamos en el tráiler de lo que vendrá a ser un 2019 políticamente apasionante, en el que vamos a tener hasta 3 convocatorias electorales (municipales, autonómicas y europeas) con unas posibles elecciones generales en el horizonte. Así que el director ya podría gritar aquello de «luces, cámara€ acción». Especialmente cuando cabe la posibilidad de un gran show con un «super-domingo electoral» en el que todas elecciones coincidan. Mañana, los andaluces están llamados a las urnas, en unas elecciones que pueden anticipar lo que puede ser el escenario político que se avecina, ya que varias encuestas pronostican la entrada por primera vez en la historia del partido de ultraderecha VOX en una cámara autonómica. Esta puede ser una pésima noticia para la ciudadanía que apuesta por los valores democráticos, ya que este partido representa los valores más rancios de la derecha ultraconservadora.

Estamos en una época en que las caretas de algunos políticos se van cayendo, empiezan las prisas por colocarse en un buen puesto de salida, con los correspondientes codazos y empujones dentro de los partidos, los socios de los gobiernos en coalición se van desmarcando unos de otros amagando ruptura€ Las cartas se empiezan a poner sobre la mesa.

Hay cosas que nunca dejarán de sorprenderme, una de ellas es el repentino interés del PP y Ciudadanos por la justa financiación autonómica, ahora que gobiernan los socialistas en Madrid. A los de Rivera hay que recordarles el peaje que tuvieron que pagar 4 de sus diputados en les Corts por defender un modelo de financiación justo para la Comunitat Valenciana. Al apoyar en Madrid el Sr. Rivera un modelo de presupuestos «nocivos» para la Comunitat aquellos 4 diputados se pasaron al grupo de los no adscritos en les Corts Valencianes. Si tiramos de hemeroteca resulta que ni PP ni Ciudadanos estuvieron "Manifestació per un Finançament Just» del 18 de noviembre 2017 en València. A nadie se le escapa que no estuvieron porque se trataba de una manifestación contra el Gobierno central, entonces en manos del PP. Pero ahora, apenas un año más tarde, como ya no gobierna el PP en Madrid, algunos de los representantes de los grupos municipales de PP y Ciudadanos en el Ayuntamiento de Castelló sí que se colocaron la semana pasada detrás de la pancarta de #FinançamentJust el tiempo justo para hacerse la foto de rigor. Es evidente que como ahora ya no manda el PP en la capital del reino ya no hay ningún problema en reclamar. Como diría José Mourinho «teatro del bueno».

Estamos también, ante los procesos de elaboración, presentación y aprobación de varios de los presupuestos de distintos ámbitos de Gobierno. En el caso de los del Estado complicado lo tiene Pedro Sánchez, ya que el acuerdo con Podemos es insuficiente para alcanzar la mayoría en la cámara y llegar a un acuerdo con los grupos catalanes parece misión imposible. Especialmente después del numerito de Rufián, que hizo honor a su apellido, en el Congreso de los Diputados. Por el contrario los presupuestos de la Generalitat Valenciana, parece que van por el buen camino, ya que el pasado día 30 de octubre, el PSPV, Compromís y Podem cerraron el acuerdo presupuestario para 2019. En el caso de la La Diputació de Castelló, aprobó el pasado martes sus cuentas para el próximo año, unas cuentas «tan buenas» que tan sólo recibieron los votos favorables del PP. En estas cuentas, el PP vende la deuda cero en la Diputació de Castelló, a costa de recortar su capacidad dpara colaborar con los municipios e impulsar políticas públicas razonables, unos presupuestos que son sin ninguna duda como un «baño y masaje» para el actual gobierno provincial con unos tintes profundamente electoralistas.

No me gustaría pasar por alto lo acontecido en el Pleno del pasado jueves, donde hay que hacer un balance, Castelló ya es la denominación oficial de nuestra ciudad, pero los presentes pudimos presenciar la cara más fea de la política en el momento en el que el edil de Ciudadanos, Vicente Vidal, se enzarza con Ignasi Garcia, teniendo que intervenir Amparo Marco para que se calmase una situación realmente vergonzosa, debido a que los concejales de todos los partidos políticos son los representantes de la ciudadanía y esta clase de actitudes no representan a los ciudadanos y ciudadanas de la ciudad de Castelló, si no que degradan a la propia política. Después, el PP hacía su show particular pidiendo directamente a Amparo Marco el cese de Ali Brancal después de cada intervención de algún edil popular, por no hablar del eterno debate de la Cruz del Ribalta€ ¡qué cruz!

Llegados a este punto, repasando la actualidad de las diferentes fuerzas políticas que tienen representación en el ayuntamiento tan sólo son 2 las que hoy tienen candidatas, el PSPV con Amparo Marco que aspira a la reelección y con el PP que cuenta con la portavoz municipal, Begoña Carrasco. Nada se sabe de Ciudadanos y de su tablero de ajedrez particular a nivel local, ni de Compromís no que todavía no habían terminado de deshojar la margarita para saber quién es el/la candidato/a cuando les ha estallado el caso de Ali Brancal. Ante la negativa a dimitir de la edila, habrá que esperar a lo que dictamine la comisión de transparencia convocada para la próxima semana y si después de la misma el «caso Brancal» pasará a votarse en el Pleno del mes de diciembre. Finalmente, está la situación que se vive en Castelló en Moviment, ya que la formación asamblearia vive en la incógnita total, ya que el acuerdo entre ellos, Podem y EUPV parece complicado, más aún cuando en Podemos ya tienen candidato. Y los de Izquierda Unida dicen una cosa en el Grau y la contraria en Castelló. Así, pues como dice la canción de Queen «The show must go on... » (el show debe continuar).