Los colegios de la ciudad celebran esta semana la festividad de San Nicolás, una fiesta que coincide con el día de la Constitución, pero en los colegios se celebra un día antes para no coincidir. En los bares y restaurantes de la ciudad el 6 de diciembre es el día para degustar la tradicional longaniza que suele ser un tamaño mayor que las habituales, plato que suele estar acompañado con algunos trozos de careta de cerdo, panceta y buen vino, discursos basados en la tradición y en su mayoría en la nostalgia.

La actividad en la conmemoración de la festividad de San Nicolás es muy parecida a la de los años sesenta, con algunos cambios tanto el trasporte de la comida, como en la contundencia de las espadas han cambiado algunos aspectos de la fiestas aunque de poca importancia. Hoy en día los niños se llevan el almuerzo al colegio protegido con el táper o envuelto con papel de aluminio, posteriormente el bocadillo se suele ubicar dentro de la mochila. En los años sesenta el bocadillo de longaniza estaba acompañado de tomate para mantener el pan más tierno a la hora de celebrar la fiesta, el bocadillo de envolvía con papel de «estras» y para su trasporte, el más habitual era el «saquet» prenda complementaria que se realizaba normalmente de la tela sobrante del guardapolvo. En cuanto a la espada, antiguamente las carpinterías de la ciudad de la ciudad realizaban horas extras para abastecer la demanda de todos los niños, Se utilizaba gran variedad de madera algunas de gran resistencia por lo que hoy en día algunos mayores cuando celebran el día de San Nicolas siguen utilizando la espada que le dieron de niño para celebrar esta fiesta. En la actualidad los profesores aconsejan a los niños que llevan espadas realizadas en cartón, en espuma o en tela, Las niñas mantienen el lazo rojo que se colocan en el pelo para participar en la fiesta que tiene la parte importante de la gastronomía incluso para los niños.

Los cánticos siempre con espada en alto, por lo menos en los bares y restaurantes, donde se celebra esta fiesta, variedad en la interpretación, en castellano y valenciano. Pero lo importante es la añoranza y la felicidad de poder revivir una fiesta que mucha gente celebraba hace más de sesenta años.