Todo le sale mal al Castellón de Guti, que pierde cuando lo merece y a menudo, también, cuando quizá no lo merezca tanto. Está el cuadro orellut en ese punto maldito en el que cualquier argumento suena a pura excusa. El Sabadell ahondó en la dinámica de penurias: ganó porque el perro se comió los deberes y el profesor nos tiene manía. El Sabadell ganó como antes ganaron unos cuantos. Sin avasallar pero con crudeza numérica. Marcó un gol que el Castellón no marcó, tan simple y tan complejo como eso. El 0-1 de Adri Cuevas en el minuto 73 bastó para noquear al Castellón y a Guti y poner Castalia patas arriba. Hay que leerlo dos veces porque cuesta asumirlo: transcurridas dieciséis jornadas el Castellón del talonario está empatado con el colista y solo ha ganado un partido.

El Castellón prometió durante la semana salir a por el gol desde el primer segundo. Si lo intentó, no pudo. Fue el rival, como es norma en las últimas semanas, el primero en generar peligro. Diecisiete segundos tardó el grauero Néstor Querol en rasgar la zaga albinegra y tensar la descarga a la llegada de Felipe Sanchón, que exigió a Álvaro a las primeras de cambio. Al siguiente minuto, otra vez por la izquierda, Josu levantó un centro que cabeceó con candidez Edgar. Castalia no sabía adónde mirar y los jugadores tampoco dónde meterse: la siguiente ocasión también fue del Sabadell y de Edgar. También definió mal, por bajo y al cuerpo de Álvaro, después de que Felipe limpiara a Gálvez la pelota en la salida.

La relación de este Castellón con la pelota da para estudio mental. Ausentes los centrocampistas, los centrales suelen recurrir a la única salida, la pelota larga a la referencia de Cubillas. En torno al ariete y al bullicio de Hicham y Muguruza el Castellón fue ganando metros y cobrando saques de banda. El fútbol a veces se ríe de todo. Empezó Muguruza cambiando de lado en una larga caminata, en plan 'esperad que soy el especialista en los saques de banda'. Sacó unos cuantos y no hizo ni cosquillas. El único que sacó el lateral Rubén, en cambio y en el minuto 27, cayó a los pies de Cubillas, que remató fuera de zurda en lo más parecido a una ocasión de gol.

La siguiente oportunidad, con el Sabadell cómodo pero romo, fue en el tiempo de prolongación. Verdú enroscó tímido una falta a las manos del portero Roberto. La bronca que amagó durante el partido creció: el respetable repartía las responsabilidades entre el palco, el banquillo y el césped.

Reanudación

El segundo tiempo tardó en arrancar. Tardó menos Castalia en dictar sentencia. Entre cánticos que pedían dimisiones en el banquillo y en el palco, el equipo sacó algo similar al orgullo. Por el camino al Sabadell le sentaron mal los cambios. El Castellón empezó a ganar segundas jugadas y envió el juego a campo contrario. Caballero en el medio acaparó protagonismo, pero todo eso no daba para producir verdadero peligro.

Guti movió entonces el banquillo y juntó a Máyor con Cubillas, pero antes de poder calibrar el efecto del movimiento llegó el 0-1 del Sabadell, en el minuto 73.

La acción nació con polémica, porque el Castellón reclamó fuera de juego en el inicio de la jugada anterior, que acabó en saque de banda. El Sabadell sacó en corto y Felipe templó el centro a la llegada canónica de Adri desde segunda línea. Solísimo, porque Caballero perdió la marca y la referencia, Adri tuvo doble oportunidad. Primero remató de cabeza y repelió Álvaro. Después lo hizo con el pie y encontró el fondo de las mallas.

El Castellón respondió al inconveniente como responden los equipos desquiciados. Theo, que estaba calentando en la banda, vio la roja directa por protestar al asistente. Satrústegui, que ya estaba amonestado, vio la segunda amarilla tras una aparatosa entrada a destiempo. Es la tercera expulsión de Eneko Satrústegui en lo que va de temporada.

En superioridad numérica, el Sabadell demostró por qué se había presentado en Castalia como el equipo más goleado del grupo. Al conjunto arlequinado le faltó temple para gobernar el partido. El Castellón se rearmó con la entrada del joven Pedregosa en la cueva y una especie de 4-2-3 percutor en el juego aéreo. Tiró de coraje y pudo empatar, pero Cubillas no acertó en dos pelotas francas, y pudo perder también aún con más ruido. En los siete minutos de prolongación el Sabadell perdonó dos contras muy claras. La primera la tiró fuera Gato y en la segunda, tras una arrancada formidable de Néstor, Álvaro evitó el gol en un remate a quemarropa de Arturo. Lo que no pudo evitar Álvaro es lo de siempre. El dolor del resultado. El equipo no reacciona y la temporada se le escurre entre los dedos.