La Conselleria d'Educació, Investigació, Cultura i Esport financiará el proyecto de actuaciones urgentes de consolidación y mantenimiento en la Cartuja de Vall de Crist, de Altura, a través de una subvención de 23.696,73 euros, terminando el plazo de ejecución el día 10 de diciembre.
La Cartuja de Vall de Crist es un inmueble situado entre las huertas del municipio de Altura. Está declarado Bien de Interés Cultural con categoría de monumento por Decreto 1/2007, de 12 de enero, del Consell y es propiedad de la Conselleria.
En 1385 el Papa Clemente VII concedió una bula al Infante Don Martín de Aragón para la construcción de una cartuja en el valle de Cánava; fue en el año 1386 cuando se inició su construcción. El inmueble estuvo funcionando hasta el siglo XIX y tras la amortización fue abandonado hasta llegar a nuestros días.
En la actualidad, la capilla de San Martín y la hospedería son las dos únicas edificaciones que quedan en pie, conservándose tan solo parte de la capilla mayor, objeto de las obras.
Durante los últimos años han venido realizándose una serie de actuaciones encaminadas a la reconstrucción y conservación de todo el conjunto, así como a la realización de excavaciones arqueológicas.
La actuación que ahora nos ocupa se refiere a la iglesia mayor, de la que tan solo se conservan los muros de cerramiento. La primera piedra de la misma se colocó a finales de abril de 1405, concluyéndose su construcción en 1433. Se trata de una nave única y sin capillas, de estilo gótico, con bóveda de crucería.
En el año 1634 fueron derribados parte de los elementos góticos de la iglesia para sustituirlos por otros de estilo barroco. Un elemento singular, el único conservado en toda la cartuja, es un grupo escultórico que se encuentra en su puerta principal; fue construido en la primera década del siglo XVIII por Nicolás de Bussy.
Recientemente se le ha provisto de una cubierta de madera. En estos momentos, la actuación que se realiza consiste en la consolidación de los revestimientos interiores como son las molduras barrocas, con grave riesgo de caída, y la consolidación de determinados muros que definen la distribución del espacio arquitectónico, de forma que este espacio pueda ser visitado y usado sin riesgo para las personas.
