Este viernes, 14 de diciembre, las puertas de la Concatedral de Santa María de Castelló se abrirán a las 22.00 horas, de manera excepcional, para acoger al público y presenciar el Misterio de la Asunción de la Virgen, que en la capital de la Plana se representó desde el siglo XV hasta el siglo XVIII y que ahora la asociación cultural sin ánimo de lucro, Misteri de Castelló, pretende recuperar para la ciudad con carácter periódico y popular.

Bajo el título histórico de «La famosa representación de la Asunción de Nuestra Señora a los cielos» se ha preparado una cuidada producción, patrocinada por el ayuntamiento y la Diputación de Castelló. Implicada en esta tarea está la junta directiva de la asociación cultural, que cuenta con nombres tan conocidos como Fernando Vilar y Laura Rubert, en la presidencia de la misma, el productor y director teatral, Santiago López, al frente de la dirección artística de la representación, o la cantante lírica y profesora de canto, Marián Torres, que se encarga de la dirección musical.

El protagonismo del reparto escénico es para voces bien conocidas en la ciudad, la también cantante lírica, Francesca Sales, que interpreta a la Virgen María, el barítono, Pedro Quiralte, en el papel de San Juan, o el reputado actor Joan Antoni Castell, que encarnará a San Pedro. Junto a ellos, el público podrá disfrutar de las interpretaciones de Jaume C. Vicent, Virginia Fuertes, José M. Román, Vicent Rodrigo, Antonio Arbeloa, Toni López, Víctor Ripollés, Carlos Renau, Pablo Castell, Alberto Navarro, Sergio Sánchez, Alejandro Navarro, Rubén Sales o Joan Querol.

La única versión conservada del Misteri castellonense es una de finales del S. XVII, escrita en castellano, idioma que se había puesto de moda, desde hacía entonces más de 100 años, en el ambiente teatral valenciano. El esquema argumental es el propio de todos los misterios asuncionistas, que comienzan con el deseo expresado por la Virgen de morir para reencontrarse con su hijo Jesús. Dios le concede a María el cumplimiento de su deseo y se lo comunica por medio de un ángel, que le entrega una palma, símbolo de vida eterna. El colegio apostólico es convocado junto al lecho de la Madre de Cristo para asistir al tránsito y, una vez acaecido, los apóstoles proceden a dar sepultura a su cuerpo. Ya enterrada la Virgen, la Trinidad comparece en el cielo y María es asunta al cielo en cuerpo y alma, dónde finalmente es coronada como reina y señora de los creyentes.

Cabe destacar que la cruz procesional gótica de la Basílica de Lledó presidirá el entierro de la Virgen. Una de las escenas más emotivas, en la que los doce apóstoles proceden a dar sepultura a la Madre de Cristo estará presidida por una de las cruces procesionales más bellas que se conservan en Castelló. Los organizadores han querido vincular así la representación del Misteri con la basílica de la patrona de la ciudad, la Mare de Déu de Lledó. Se trata de una cruz procesional de bronce fundido y latón, de 74 x 41'5 cm de altura, datada en la segunda mitad del siglo XIX, reproducción de las cruces castellanas del siglo XVI.