La expectación generada por la presentación del libro de Carlos Fabra simplemente se quedó en eso. Solo los más acérrimos, la vieja guardia del Partido Popular, acudieron a la convocatoria en el centro cultural La Bohemia. Alrededor de 250 personas se dieron cita, y casi todas con la intención de estar poco tiempo. Esto es, saludar a su exlíder, obtener su autógrafo en el libro y luego marcharse. Ni siquiera Víctor Campos, amigo íntimo y exvicepresidente de la Generalitat Valenciana, aguantó todo el acto. Se dejó ver lo suficiente para estrechar la mano de Fabra y seguidamente abandonar el local.

Por el contrario, el exconcejal del PP en el Ayuntamiento de Castelló, Pepe Masip, fue de los más fieles. También su exchófer, José Del Campo, y los exsenadores y exdiputados nacionales, Carlos Murria y Juanjo Ortiz, que rememoraron anécdotas con Vicent Aparici, exvicepresidente de la Diputación Provincial.

Fabra siempre estuvo arropado por su mujer, Mampa Fernández, y por la que fuera durante muchos años su pareja, Esther Pallardó.

Tampoco pasó desapercibida Ascensión Figueres, expresidente de la Academia Valenciana de la Llengua (AVL), así como el exasesor de la diputación e impulsor de Vox en Benicàssim, Nacho Soria. Otra caras conocidas fueron el exalcalde de Xilxes, Vicente Lapuerta; el sindicalista Amalio Palacios; el exdirector de Castelló Cultural, Vicente Farnós; y el periodista jubilado José María Arquimbau.

Del mundo empresarial, ninguna cara conocida. En realidad, la inmensa mayoría de los presentes respondía a perfiles anónimos, del círculo más o menos próximo a Fabra, quien aseguró que sus hijos, ausentes, estaban de camino.

La presentación del libro 'Fabra: ¿Y ahora qué?', escrito por el periodista Jesús Montesinos, resultó un tanto peculiar. Quizás esperando una gran afluencia de incondicionales, la sala se dejó completamente desnudas de sillas, con una pequeña mesa en el centro para que se pudiera realizar la puesta de largo.

El afán de los asistentes por obtener cuanto antes ese autógrafo en el ejemplar hizo que el protagonista únicamente dispusiera de unos minutos para agradecer al autor su esfuerzo y a los asistentes su presencia. Eso es lo que duró la presentación.