La plataforma per la Dignitat del Llaurador de Castelló nació en 2017 para hacer frente al nuevo tratado de libre asociación entre la UE y Sudáfrica, que liberaliza la entrada de las naranjas de este último país a Europa con menos controles que los que se exigen a las exportaciones de la provincia. Integra a 15 ayuntamientos de la Plana Baixa y Alta y a todos los agentes sectoriales. El pasado18 de diciembre organizó la mayor movilización de la citricultura que se recuerda en Castelló, con concentraciones en los citados 15 municipios de la plataforma. Se sumaron también otros cuatro de la provincia más 10 de València y uno de Tarragona.

Ahora, la plataforma, que se circunscribe a las Plana Baixa y Alta, quiere extender alianzas con las poblaciones del norte de Castelló y de las comarcas valencianas de la Safor y la Ribera. El objetivo es incrementar el peso de sus reivindicaciones ante las diversas Administraciones públicas. Esta propuesta fue tratada ayer en la asamblea del colectivo castellonense, que reunió a representantes de los 15 ayuntamientos adscritos y de las organizaciones de la Unió de Llauradors y Fepac, cooperativas de las poblaciones, de los sindicatos de riegos y de las sociedades de pozos.

La plataforma convocó esta reunión de manera urgente al considerar que sus reclamaciones de momento no han tenido predicamento en la Unión Europea y en el Gobierno central. Es por ello, explicó el portavoz de la asociación, César Estanyol, que intentarán impulsar sinergias con los ayuntamientos y tejidos asociativos de otras zonas del norte de Castelló y de València. Según Estanyol, la idea es que se formen plataformas similares en otros territorios y que luego estas asociaciones sumen fuerzas para presionar de manera conjunta.

En la asamblea, celebrada en Nules, también se abordó un calendario de nuevas protestas. El sector considera que la Unión Europea y el Gobierno eluden de momento la crisis de los cítricos valencianos. De hecho, la ministra de Economía, Nadia Calviño, negó la semana pasada la existencia de un impacto negativo de las importaciones de Sudáfrica en España.

Las estadísticas oficiales admiten que los pedidos sudafricanos han crecido un 30 % en Europa desde la entrada en vigor del acuerdo de libre asociación en 2017.

La producción de este país ha ampliado en un mes su entrada en los mercados europeos y coincide con la primera parte de la campaña castellonense. Los precios de las variedades tempranas se han desplomado y se ha demorado la recolección de la clemenules.