Amenazaba hace dos semanas con que llegado el nuevo año escribiría sobre la Junta General de Accionistas del CD Castellón SAD, que a fin de cuentas es cuando nos habían convocado, aunque fuera de plazo. La cita es en martes laboral y al tan poco conciliador horario de las doce del mediodía, una muestra más del talante de transparencia que distingue el actual gobierno albinegro, y algo a lo que no se habían atrevido ni siquiera nuestros más criticados gestores, y solo una vez los investigados judicialmente. Otra demostración palpable de que siempre deviene mejor caer en gracia que ser gracioso.

Pero ni el felón intento de esconder la asamblea puede evitar que se disparen las dudas sobre su contenido. Sin ir más lejos, el año pasado se descubrió que los salvadores del club sólo habían suscrito una acción cada uno, lo cual carece de más valor que el que le confiera la libre interpretación del lector. Detalle nimio si se quiere, mas revelador si se adereza con la falta de información sobre la transacción de acciones con David Cruz, el papel del abogado de este, Cano Coloma, en el nuevo consejo, el copia y pega de su ampliación de capital y todo aquello sobre lo que se preguntó en el órgano soberano mercantil, sin encontrar contestación alguna.

Sobre muchas de esas cuestiones ha insistido el ayuntamiento, el de todos, no el de un signo político, con la misma callada por respuesta. Tan descarado e ilegal comportamiento no pasó desapercibido y ha tenido que ser un juez quien reclame esa documentación, en un varapalo escandaloso del que ya se hizo eco este periódico y silenciaron la mayoría de medios de comunicación, por vete tú a saber qué prostituidos criterios periodísticos.

Digo yo si superado el plazo de un mes de esa exigencia judicial, el presidente edecán se vio obligado a desplegar una cortina de humo en vacaciones, no sea el caso que se le torciera la triunfal cita con los accionistas. Nada mejor, ni más político en año electoral, que una andanada contra ese convenio de cesión de Castalia que se ha convertido en su arma preferida.

No sé cuál será el modelo que nos propondrán la semana próxima con toda la fanfarria de las redes sociales. Pero dudo que los técnicos municipales, ni cualquier funcionario que se precie, y si me apuran ningún ciudadano, esté por la labor de aceptar tamaño canje patrimonial -escrituras a cambio de sentimiento-, siquiera maquillado con la promesa de reformas, ciudades deportivas de prestado y demás sueños imposibles, por ilegales. Huele.

Por si fuera poco, los números que serán aprobados con la aplastante mayoría de Garrido y sus secuaces vienen a decirnos que el ejercicio pasado se gastaron 911.000 euros en personal, y no creo que tuviéramos una plantilla tan cara ni que fueran los jugadores los que más cobraran por su trabajo. Huelga decir que no se detalla la partida. Ídem del lienzo con el presupuesto del nuevo curso, donde se anuncian ya más de 800.000 euros en pérdidas, por mor del 1.832.000 euros invertidos en las nóminas actuales que, dicho sea de paso, durante tanto tiempo han merecido el ignominioso último puesto de la clasificación. El fracaso ya está cuantificado, resta pagarlo.

- En el camino. Y ya que estamos en el apartado deportivo, salvado el interregno de Perelada, el nuevo entrenador albinegro lleva cuatro puntos de seis posibles con una ostensible mejora táctica. Lejos todavía de la tranquilidad, uno quiere pensar que se ha reaccionado a tiempo, pero se me antoja fundamental el concurso de la afición. El espíritu crítico, el que busca un Castellón más grande, no está reñido con insuflar ánimos y rezar, que falta nos hará para eludir el descenso. Lo de la ampliación de capital que se aprobará el martes ya no es solo cuestión de fe.