La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, y la portavoz del grupo popular, Begoña Carrasco, mantuvieron ayer una reunión que estaba condenada ya desde el principio al fracaso. El encuentro lo había pedido Carrasco aprovechando la tensión vivida en el seno del gobierno de PSPV y Compromís por la próxima destitución de la vicealcaldesa, Ali Brancal. Hubo palabras, pero por caminos opuestos y sin que ninguna de las dos partes remitiese siguiera una imagen de la cita. Tras él, dos notas por separado, marcando distancias.

La alcaldesa, Amparo Marco, explicó que su principal propuesta al Partido Popular fue que «apoye con sus votos el presupuesto más inversor» del ayuntamiento en el mandato y actúe así «por encima de los intereses partidistas y de las polémicas». En este sentido, la primera edil aseguró que el PP «tiene la posibilidad de sumarse a las políticas de progreso del Pacte del Grau que se plasman en el anteproyecto de presupuestos que ha aprobado la Junta de Gobierno Local en su última sesión». Y por ello, reclamó a Begoña Carrasco «altura de miras en los proyectos de ciudad que buscan el impulso económico y social, más lealtad institucional y menos extremismo político».

Así, incidió en la «inconveniencia» de trasladar al ayuntamiento «las guerras políticas que se articulan desde la dirección nacional de su partido» y subrayó que la cercanía de las elecciones «no debe alterar la convivencia en la política municipal» porque Castellón «no puede estar sometido a los intereses espurios de los partidos y ha de primar el interés general».

Frente a este discurso, la portavoz del grupo popular de Castelló afeó a la alcaldesa que haya rechazado la «posibilidad de alcanzar un pacto de estabilidad». El grupo popular, según Carrasco, «ha brindado a la alcaldesa la posibilidad de alcanzar un pacto de estabilidad por el que el PP pondría a disposición de la gestión municipal sus ocho concejales para consensuar, pactar y sacar adelante los temas que preocupan a los castellonenses, como el casi millar de parados que hay más en los últimos cuatro meses en la ciudad, o para promover una bajada de los impuestos».

Carrasco asegura haberle trasladado a la alcaldesa «la preocupación de mi partido por la radicalización que se está instalando en la ciudad con lazos amarillos, amenazas de muerte a los concejales de populares, asaltos a la azotea?». Esto, señala, «no es lo que queremos para la capital de La Plana, ni tampoco lo quieren los castellonenses, que nos han trasladado sus quejas y nos piden que hagamos algo para evitar la actual deriva de las políticas municipales, motivo por el cual hemos dado este paso».

Según Carrasco, «Amparo Marco prefiere seguir ligada a Compromís y Castelló en Moviment» y la principal prueba de su «preferencia política» es «que ya ha aprobado por junta de gobierno el presupuesto municipal sin posibilidad de trabajar previamente en el diseño conjunto de las cuentas, a pesar de que ya le habíamos ofrecido nuestra predisposición a colaborar». Para la portavoz del PP , la alcaldesa «sigue instalada en su autocomplacencia y vincula su suerte a los partidos radicales de Compromís y Castelló en Moviment».