El Ayuntamiento de Castelló, que hace 25 años presidía José Luis Gimeno, estudiaba la posibilidad de instalar, junto al Planetario, el yate que Franco utilizó desde 1949 a 1975 con el objetivo de crear un nuevo «atractivo turístico» a la zona, según publicó Levante de Castelló los días11 y 12 de enero de 1994.

El teniente de alcalde del Grau, José Falomir, había mantenido alguna entrevista con el que era propietario de la histórica embarcación, Lázaro González, gerente del asador Los Trillos, de Burgos, y que compró el Azor, que así se llamaba el barquito, por cinco millones de pesetas (algo más de 30.000 euros) en el año 1992.

«El morbo que puede crear esta embarcación puede servir de atractivo turístico durante un tiempo para el distrito marítimo de Castelló», explicó Falomir, quien quería que el Azor fuese para Castelló lo que años después significó La Dorada, el barco de Chanquete, para Nerja...

De entrada, el grupo socialista en el Ayuntamiento de Castelló, no estaba en contra de la ubicación del yate en el Grau, pero sí de la zona escogida, ya que según explicó el concejal Vicent Bellmunt, «esos terrenos deberían servir para un delfinario, un acuario y un zoo».

Los problemas se produjeron en las filas populares, y la cúpula del PP local rechazó la idea de instalar el barco en el distrito marítimo y convertir a Castelló «en una sede de nostálgicos franquistas».