El derribo del edificio del Grupo B de Almassora va a ser una realidad este año. La Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Almassora han acordado derribar el Grupo B y permutar el solar que quedará en la avenida José Ortiz número 167 por tres solares en distintos puntos del municipio en los que se prevé construir 60 viviendas de protección pública.

Una medida de la que algunos vecinos de la zona han mostrado su opinión. Por ejemplo, Demetria Chinchilla, vecina del barrio desde 2010, dice que "estoy muy contenta por el derribo, antes no podría abrir las ventanas porque me tiraban huevos". Por su parte, Juan Carlos Sánchez, vecino también del barrio desde los años 80 asegura que "este anuncio es la alegría de todo el barrio y por lo que hemos reclamado durante tanto tiempo". Una vecina del barrio Fátima, Soledad Carrillo, apunta que "esperamos que este anuncio sea una realidad, esta acera la habré pisado cinco veces en mi vida". Por úlitmo, el gerente del restaurante Florida, José Ignacio Escorihuela, apunta que "el negocio se ha visto perjudicado durante mucho tiempo y hemos vivido los peores años del edificio".

El anuncio se realizó ayer por parte de la consellera de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador, y la alcaldesa de Almassora, Merche Galí, en la visita realizada al edificio 167. Ambas estuvieron acompañadas por la directora general de la Entitat Valenciana d´Habitatge i Sòl (Evha), Laura Soto, así como vecinos del grupo Fátima quienes, a partir de verano, verán desaparecer ese edificio de 38 viviendas que se encuentra vacío y en estado de ruina.

«Es un alivio muy grande que el derribo sea una realidad porque lo que en un principio iban a ser viviendas para gente joven, trabajadora, acabó en manos de gente conflictiva y la convivencia era imposible», indicó la presidenta de la Asociación de Vecinos Fátima, Marisol Fernández.

Inicialmente era un grupo compuesto por 94 viviendas, de las que 56 fueron demolidas y ahora quedan 38 restantes. La consellera comentó que «hemos llegado a un punto de no retorno, ya que hay edificios y espacios que se pueden rehabilitar pero aquí era muy difícil la rehabilitación y la reconstrucción sobre todo porque la rehabilitación costaba más que la reedificación porque se encontraba en ruina económica. Así, tras varias reuniones «es una decisión consensuada entre el Consell y ayuntamiento».

Salvador siguió explicando que ahora se va a fijar una hoja de ruta «que se formalizará en forma de protocolo que firmará la consellera y la alcaldesa para después firmar un convenio, pero ya nos hemos puesto a trabajar para que el derribo sea una realidad». La conselleria prevé la licitación de la redacción del proyecto y de la ejecución del derribo para el mes de marzo. El objetivo es que el derribo pueda realizarse entre junio y julio. El coste del derribo será asumido por el Consell y una vez concluido, el suelo pasará a formar parte del ayuntamiento y será quien decida el uso que se le dará. En este punto, la alcaldesa comentó que una Unidad de Respiro para Familiares de Enfermos de Alzheimer encajaría en el uso de este espacio, o se buscaría un uso social.

Viviendas en tres zonas

Respecto a las futuras viviendas, se construirán en tres zonas diferentes con lo que «se evitará la concentración y guetificación de las viviendas públicas y para facilitar con ello las ciudades inclusivas», añadió Salvador.

Galí explicó que las parcelas propiedad del consistorio objeto de la permuta son tres: una parcela en la calle Barcelona que permitirá la construcción de ocho viviendas en sus 666 m²; otra en la calle Vicent Serra Llaurador con una superficie de 865 m² que permite construir 26 viviendas; y un tercer solar en la calle Canyisset con una superficie de 1.138 m² donde crear 26 viviendas. En total serán 60 viviendas. Próximamente se valorará el modelo de construcción que se aplicará en estos inmuebles, bien la cesión de suelo a cooperativas de viviendas sin ánimo de lucro o promoción público-privada. La consellera destacó a su vez que «estos serán los tres primeros solares que tendrá públicos la Conselleria para optar a estas dos fórmulas». Además, Salvador resaltó que el PGOU de Almassora permite la construcción de viviendas en planta baja, «por lo que se podrán llevar a cabo viviendas accesibles».