La estudiante de cuarto del Grado de Traducción e Interpretación de la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló, Paula López, ha impulsado la creación de una plataforma con la que denunciar los continuos retrasos y deficiencias de la línea de trenes Cercanías. Tal como explica la joven, de 23 años y vecina de Carcaixent (València), el pasado miércoles acudió al rectorado de la universidad para informarse de la manera en la que poder quejarse y desde el rectorado le explicaron que, la mejor forma, es presentar una instancia formal. «Además, -añade- me dijeron que cuantos más apoyos reuniera y más gente firmara la queja, mejor», dice la estudiante.

El nombre de la plataforma creada por López refleja muy bien el sentir de los miles de usuarios que cada día utilizan la línea C6 València-Castelló, especialmente los de la provincia de Castelló ya que, según explica López, «es el tramo más afectado a raíz de las obras del Corredor Mediterráneo». La plataforma se llama «Indignados con Renfe» y, la verdad, no es para menos.

La universitaria ha puesto en marcha esta iniciativa después de haber presentado un sinfín de reclamaciones en Renfe sin que se haya mejorado el servicio. «Los que hemos llenado los libros de reclamaciones recibimos una carta a los tres meses disculpándose por las molestias y ya está», dice la joven. Además, insta a todos los usuarios a que emprendan una actitud activa y se sumen a la plataforma que pretende visibilizar todas las incidencias en las redes sociales. «Las reclamaciones a Renfe no sirven de nada pero, según una fuente fiable, compartir las incidencias de Renfe en las redes sociales y hacer que Renfe se entere, les fastidia mucho más que cualquier queja», dice López.

La propuesta de la estudiante de la Jaume I pretende ir más allá y llegar a los ayuntamientos. Es por ello que también se baraja la posibilidad de presentar otro escrito en el consistorio de la capital de la Plana para que los grupos políticos la presentaran como moción y se tomaran medidas al respecto.

Una odisea diaria

Para quienes utilizan el cercanías para ir a estudiar o trabajar es una auténtica odisea, además de que muchas veces llegan tarde. Para evitarlo, Paula López coge el tren una hora antes y, así, se garantiza no perderse clases. «Cojo el tren en Carcaixent a las 5.55 horas, llego a la estación del Norte a las 6.30 y, a las 6.35 cojo otro tren, el Civis, hasta Castelló de la Plana, donde llego a las 7.40 horas. De esta manera, a las ocho estoy en la universidad», narra la joven.

No obstante, hasta las nueve no tiene clase y, aunque podría iniciar el viaje una hora más tarde, no se arriesga porque casi nunca se cumplen los horarios y llega tarde. «De esta manera, aunque tenga que estar una hora esperando en la universidad a que empiecen las clases, es la única forma para no llegar tarde», dice.

En exámenes, la cosas se agudiza ya que, llegar tarde significar perder la convocatoria. Es por ello que, muchos de los alumnos y alumnas, piden a sus compañeros que viven en Castelló poder quedarse en sus casas. «Es una práctica muy habitual. Si no se quedan todo el mes de exámenes, el día de antes sí que lo hacen para no arriesgarse», comenta la portavoz del Consell del Estudiantat, Laura Alcaide. Desde el inicio de las obras Renfe ha perdido un 8% de sus usuarios.