El debate sobre la repercusión social, sanitaria y económica de la legalización del consumo lúdico y terapéutico del cannabis está sobre la mesa desde hace décadas. En Castelló, los simpatizantes del movimiento cannábico optaron por la autogestión y crearon en 2011 el Cannabis Club de Castelló. El primer objetivo del colectivo era admitir públicamente y sin tapujos el consumo y crear un espacio privado y en circuito cerrado para escapar de la inseguridad y marginación inherente al mercado ilícito.

«El colectivo surgió en 2011, impulsado por un grupo de amigos autocultivadores, animados por iniciativas similares en otras ciudades, como Barcelona», explica Pau Calatayud, secretario y, a su vez, trabajador de la entidad. «El objetivo era reivindicar la situación de represión que vivimos los consumidores de cannabis y, en paralelo, tener más fuerza de cara a la sociedad a la hora de reivindicar el cannabis como hierba terapéutica y lúdica. En definitiva, luchar contra desinformación, organizar actividades y reivindicar nuestros derechos», añade.

El colectivo está registrado en el Ministerio del Interior, ante las dudas que en aquellas fechas planteó a la Generalitat para otorgar el permiso. Casi una década después, el Club cuenta con unos 125 socios. La mayoría de los integrantes del club son consumidores recreativos, y unos 40 terapéuticos. El grueso es hombres y una quinta parte mujeres. La entidad cuenta con cinco trabajadores, dos en el centro y otros tres cultivando los jardines. «Los trabajadores están contratados, dados de alta en la Seguridad Social y pagamos todos los impuestos a los que estamos obligados», dice Calatayud.

El acceso al club está claramente delimitado. «Hay que ser consumidor previo y estar avalado por un ya socio. Aquí, no iniciamos a nadie ni hacemos propaganda de esta planta. Es una tema lúdico y terapéutico», señala Calatayud. «Luego, tienen que tener 21 años, con ello queremos curarnos en salud. Aunque la mayoría de edad esta fijada en los 18 años, según expertos y estudios médicos el cerebro no está totalmente formado hasta los 20 años », explica.

El coordinador de usuarios terapéuticos, Javier Miravete, añade que también realizan una entrevista personal a cada aspirante a integrar el club. «El objetivo es detectar algún problema psiquiátrico o adictivo de la persona. Yo realizó la entrevista previa como experto en plantas medicinales y nutricionistas y si observo que su patología es indicada a un tratamiento con cannabinoides los derivamos a una consulta médica especializada. Tenemos un médico que colabora con la asociación, y todo el que quiere ser socio terapéutico tiene que pasar consulta con el médico, que decide finalmente», asevera.

El Club está integrado en la Federación de Asociaciones de Cannabis que establece una serie de códigos de buenas prácticas. « Por consumo responsable,la Federación entiende dos gramos por persona l día, es decir,15 semanales. El socio no se pude llevar más, y no se entrega de golpe para evitar su desvío a terceros y también para fomentar la socialización entre los miembros del club», señala Calatayud. «Autogestionamos los cultivos. Se planta la cantidad que los socios consumen, única y exclusivamente», añade.

Miravete abunda en los efectos negativos, a su juicio, del veto de la Administración a la marihuana: «La prohibición ha demostrado que es un fracaso total. En las calles cada día hay más,y de peor calidad. Lo único a lo que abocan las leyes de prohibición es al mercado ilícito. Y nosotros no queremos estar en ese circuito», asevera. Y resalta los beneficios médicos, científicamente demostrados del cannabis, como la estimulación del apetito, la reducción del dolor, nausea y ansiedad y síntomas posteriores a los tratamientos de quimioterapia.

Calatayud y Miravete inciden en otros efectos positivos de la legalización de la planta como la erradicación del narcotráfico, el consumo de menores y mayor seguridad en la calidad de la sustancia. «Los 'camellos' no tienen complejos a la hora de vender a menores o envenenarte», afirma Calatayud.

La entidad ofrece a los socios actividades lúdicas, orientativas e informativas sobre la situación legal del cannabis y las novedades en el campo de la investigación medicina. «La marihuana noes la pócima mágica, pero sí es poco tóxica y ayuda a mejorar la calidad de vida de muchos enfermos», concluyen.