Hace nueve años Antonio y Benjamín apostaron por introducir un nuevo concepto gastronómico en Peñíscola. Tras el exitoso proyecto de Mandarina Club, ambos socios adquirieron una antigua y pequeña churrería frente a la playa y la reformaron por completo. Allí nació Rojo Picota, un bar de tapeo que combina una extensa variedad de vinos con una gran oferta gastronómica.

En la cocina y la carta de vinos de Rojo Picota «los protagonistas son los productos de la Comunidad Valenciana o kilómetro cero», añade Antonio. Trabajar con productos frescos ha llevado a este local de «tapeo actualizado» a elaborar acciones gastronómicas acorde a la temporada del año. «Cada mes escogemos productos de temporada procedentes de la lonja o huerto de Peñíscola y creamos una receta semanal con precios competitivos», por lo que Rojo Picota se basa en una innovación sistematizada continua.

La carta cuenta, actualmente, con más de 50 referencias y más de 25 tipos de vino abiertos para elegir en copa. Uno de los múltiples detalles de la experiencia como comensal es que en cada una de las cartas del restaurante se cuenta la historia de uno de los vinos disponibles.

Rojo Picota es conocido por sus acciones periódicas, como la trimestral, que consiste en tres sugerencias del Chef por cada estación, por ejemplo, los huevos rotos de alcachofa.

«Todas las recetas que entran en carta lo hacen con el propósito de convertirse en plato estrella», afirma Antonio. Uno de ellos es el costillón de ternera en cocción lenta con crema ahumada de tapioca y su glasa, un plato introducido el pasado año que recomienda todo aquel que lo prueba. Sin embargo, hay platos consolidados desde el primer día como es el pulpo a la brasa con crema de patata y ajo.

Peñíscola impulsa una campaña denominada «Platos de Cine». En ella varios chefs locales han elaborado platos inspirados en producciones como Juego de Tronos, Chiringuito de Pepe o Calabuch. Rojo Picota forma parte de esta acción en la que participan seis restaurantes del municipio con su dulce y exótica propuesta inspirada en la espada de 'El Cid', película rodada en Peñíscola en 1961: 'Tizona: Briwat de Almendras'.