La campaña de la clemenules, la principal variedad citrícola de Castelló, afronta sus últimas operaciones con ventas en origen a precios que oscilan de los 3 a los 9 céntimos de euro. «La gente está desesperada y en vez de gastarse 150 euros por hanegada en tirar la fruta a la tierra prefiere venderla a resultas (casi gratuita)», denuncia el secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris.

«La campaña ha acabado igual de hundida que empezó», lamenta el dirigente de la Unió, que informa que las variedades de la segunda parte de la temporada también se caracterizan por un bajo dinamismo y por unos valores que son diez céntimos inferiores a los del ejercicio pasado. «Lo ideal» señala Peris, sería dejar la fruta en el suelo por su nula rentabilidad. De esta forma, el árbol podría estar de nuevo en condiciones en la siguiente campaña. Pero Peris reitera que hay productores que han optado por vender la fruta por lo mínimo porque les comporta menos gasto que arrojarla al suelo.

El secretario general de la Unió explica que las cooperativas ya han comenzado a realizar las liquidaciones totales de la campaña. La Unió todavía no tiene un balance pormenorizado de los ingresos globales pero teme un balance desastroso a la vista de los resultados de la primera fase de la recogida. Cabe recordar que el sector registró en los primeros meses, que comprende variedades tempranas y el inicio de las clemenules, unas pérdidas de 34 millones de euros. Los agentes que integran la actividad citrícola coinciden a la hora de calificar la actual como «la peor campaña de los últimos 25 años». Además de problemas estructurales en el sector que se arrastran desde hace años como puede ser el desequilibrio existentes en la cadena de distribución entre grandes comercios y el productor, este año ha incidido en la campaña, según las organizaciones agrarias, la entrada masiva de importaciones de países del hemisferio sur, un hecho que ha saturado los mercados y ha desplomado las ventas. En los últimos cinco años, los envíos de Sudáfrica han crecido un 40 % en Europa, mientras los de Egipto lo han hecho un 80 % y los de Turquía un 18 %.

Ayudas directas

La Unió insiste en reclamar al Gobierno ayudas directas para los citricultores afectados por la crisis. «Si destina 150 millones al automóvil no entendemos que haga lo mismo con los cítricos», apunta Peris. La Unió prevé trasladar a la Unión Europea informes económicos sobre los daños registrados en los productores desde la entrada en vigor del tratado de libre asociación entre la UE y Sudáfrica. De esta manera quiere convencer a Bruselas para que aplique la salvaguarda en Bruselas, que implicará un aumento de los aranceles para su producción de naranjas.