A Óscar Cano nada ni nadie le va a quitar la ilusión por conseguir la permanencia en Segunda División B con el CD Castellón. El técnico granadino siempre ve el vaso medio lleno y se queda con lo positivo de su equipo. Un grupo al que ve «en una buena línea» y con muchas cosas buenas que servirán para lograr el objetivo, unas circunstancias que se complementan con el hecho de que quedan «15 jornadas por delante y ocho se juegan como local».
«La situación en el sentido clasificatorio sí es desagradable para nosotros, pero soy de los que sigue pensando que tenemos que jugar 15 partidos todavía, de los cuales ocho son como locales, y es verdad que no hay ningún partido fácil pero el equipo lleva una buena línea y hemos pasado una parte del calendario muy jodida en el sentido de que son filiales y es muy difícil jugar ante ellos porque te someten», argumentó el preparador del conjunto albinegro.
Según Cano, el equipo ha trabajado con mucha intensidad esta semana, olvidando el traspié del pasado domingo contra el Espanyol B y pensando única y exclusivamente en llevarse la victoria ante el CD Ebro mañana. «La semana ha ido bien, la gente ha trabajado bien y yo sigo viendo felicidad, alegría, predisposición, ojos de deseo, el querer saber cada vez más... Creo en este equipo cada día más, con independencia del resultado que eventualmente nos vaya marcando la competición», añadió.
Y es que para el entrenador del Castellón «la sociedad nos está acostumbrado a ver la derrota como algo definitivo, como que si pierdes es porque lo has hecho todo mal y cuando ganas parece que lo has hecho todo bien, y nosotros los profesionales tenemos que tener en cuenta a la hora de planificar la semana que el domingo ante el Espanyol B se hicieron bien muchísimas cosas y algunas mal. El marcador son unos dígitos que fastidian o te ponen muy contento, pero no te impide ver si las cosas han sido buenas o un desastre».
Al mismo tiempo, Cano restó importancia al hecho de que jugarán en un campo de césped artificial y centró su discurso en la actitud de los suyos. «La experiencia me dice que como tú vayas a enfrentarte a este tipo de terrenos de juego, cómo tú vayas a enfrentarte al equipo local con las mismas armas que ellos utilizan, vas a perder sí o sí. Si tú olvidas que estás jugando en un contexto tan especial como el que vamos a jugar, pierdes sí o sí también, por lo tanto hay que andar en ese equilibrio de saber dónde vamos, pero sin dejar de ser nosotros mismos».
