El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, oficiará hoy el acto de la entrega de llaves del Mas de Sanahuja en Xodos, tras su adquisición por parte de la Generalitat. La compra incluye 150 hectáreas de terreno que llegan hasta el Cim de Penyagolosa. Es un acto de orgullo valencianista porque esta cumbre es simbólica. Todos los escritores que han dicho algo del País Valenciano hablan de Penyagolosa. Desde Cavanillas en el siglo XVIII, pasando por Sarthou Carreres, Joan Fuster, el boticario Calduch, el poeta Miquel Peris o el compositor Manuel Rozalés «Penyagolosa gegant de pedra», el escritor Vicent Pitarch. Jason Webter, inglés, escribió un magnífico libro bajo el título «La montaña Sagrada».
El Mas de Sanahuja lo compró el año 1940 a un notario de Vistabella, Manuel Monfort Miralles. Él y su familia eran los masoveros-trabajadores. Con su trabajo y préstamos de vecinos adquirieron la masía que tenía otros pretendientes. Manuel Monfort, sufrió la presencia de maquis en la zona.
Allí, como en tantas masías de la zona, como escribo en el libre «Xodos Memòria gràfica i historias II», los maquis se abastecían de comida y dormían en sus pajares. También en Sanahuja. La nieta, Xaro Monfort, cuenta que en una ocasión estaban los maquis en la «pallisa». Llamó la Guardia Civil, y al saberlo huyeron. La Guardia Civil tenía miedo de enfrentarse a cuerpo abierto con los maquis.
«El meu avi -cuenta su nieta Xora Monfort- estaba llaurant la terra i uns Guardies li van dir que s'el enduien. A la meua iaia Francisca Salvador li diuen que prepare la millor roba del seu home que no va a vore-el mes. Allí mateix una persona que s'encara amb els guardies i els digué: 'Si el coneguereu no vol endurieu. Es una bona persona i no te culpa de res. S'el van endur a la presó de València. Va tornar al poble, sense poder tornar mai al mas de Sanaüja . Va morir l'any 1951». Todos los testimonios apuntan que salió de la cárcel con signos de tortura.
Los herederos de Manuel Monfort son quienes han propiciado que la Generalitat adquiera para todos los valencianos la masía y su extenso territorio. Allí vivieron hasta el año 1975. Allí, por ejemplo, nació Xaro Monfort, quien el jueves cuando cargaba los últimos utensilios , como el trillo, soltaba unas lágrimas, junto a su tío Gregorio que tiene un ganado de vacas y que en el trato se respeta que él siga usando sus pastos hasta que se jubile. En aquel trillo había montada ella con su hermana de niña cuando su padre Carlos daba vueltas con el «matxo carinyoso» a la era.
Alfredo Fenolosa, del Centro Excursionista de Castelló, y el alcalde de Vistabella, Natalio Arnau decidieron en 1958 construir un mojón en la misma cumbre del Cim. Los obreros de Xodos, Joan Barreda y su hijo Domingo, construyeron el mojón de tres metros y la cruz de otros tres, que un rayo la destrozó.
Abrieron una ornacina donde en 1959 colocaron una imagen de la Virgen del Lledó. Aquella imagen apareció destruida y algunos atribuyen el hecho a gente de Penyagolosa que defienden: «No volem que vinguen els deus de La Plana colonitzar-nos. Els nostres deus són Sant Joan, Sant Cristòfol i Sant Bartomeu».
La cara sur del pico
Otra fecha escrita en la historia del Cim de Penyagolosa, fue el 12 de agosto de 1961, cuando los montañeros José Viciano, El Xerpa, Ferran Guallar y Toni Viciano, escalaron el pico por vez primera por su cara sur.
Permitidme concluir con un párrafo de mi relación con el Pico y con el Mas de Sanahuja. Subí por vez primera en el año 1965, con 24 años. Estando en Xodos en 1967, junto a Iñaki Urdanibia alcanzamos la cima nevado y de noche para ver salir el sol del Mediterráneo. A la bajada Delgadina Seguer y Carlos Monfort en el mas nos ofrecieron unos huevos fritos que recuerdo como los más sabrosos que haya comido nunca. Allí junto a la chimenea de «foc en terra», Carlos me contó por vez primera la presencia de maquis en el mas. Volvimos a subir con gente del «Moviment Xous» el día 9 de diciembre de 1968, día en que Franco inauguró la Refinería de la Esso en El Grau. Queríamos verlo lejos.
Hoy el Mas de Sanahuja y sus 150 hectáreas son propiedad de la Generalitat, de todos los valencianos. Felicidades a quienes han hecho posible esta titularidad pública que linda con todo el monte de pino albar precioso, que desde Sant Joan llega hasta la Banyadera que también es público. Ahora toca respetarlo aún más porque es nuestro y desde los poderes públicos ordenar su uso para disfrute de excursionistas y montañeros.
