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Catorce años de Espacios Familiares de Colores en Castelló

La UJI acoge unas jornadas para dar a conocer y divulgar la labor de los puntos de encuentro sobre la crianza

Una madre durante las conferencias. carme ripollés

La Universitat Jaume I (UJI) de Castelló ha sido el lugar escogido para celebrar y visibilizar la labor de los Espacios Familiares de Colores, lugares donde relacionarse con otras familias y, de esta manera, vivir la maternidad y la paternidad compartiéndola, y sin sentirse solos. Las jornadas, celebradas el 7, 8 y 9 de febrero en el salón de actos de la Facultad de Ciencias de la Salud, han tenido como objetivo dar a conocer la experiencia de 14 años de la Caja de Colores y divulgar el papel de los Espacios Familiares de Colores, así como acercarse a la percepción del mundo desde los ojos de un niño, profundizar en la comprensión de las necesidades infantiles y favorecer el encuentro de profesionales y futuros profesionales.

Entre las ponentes estuvieron la psicóloga Joana Armero, la también psicóloga Nuria Poletti y la psicopedagoga Lourdes Ramón, de las Cajas de Colores de Almassora, Borriol y Castelló. Las expertas abordaron la crianza con apego como la mejor base para que la criatura pueda contar con esa base segura a la que recurre siempre que lo necesite. Una situación que, tal como detalló Armero, se evidencia en la adolescencia, momento en el que se inicia la «separación» del adulto con el menor. «Si hemos estado con él tendrá la confianza de venir a pedirnos ayuda y se encontrará con esa persona de seguridad», explicó la psicóloga. Asimismo, añadió que las relaciones de pareja es otro de los momentos en los que una persona establece vínculos emocionales y puede tener su «vínculo seguro».

Por su parte, Poletti habló de la importancia de «escuchar el lenguaje no verbal» de las criaturas, «mirar para oír». De esta manera, se pueden conocer mejor algunas circunstancias de la crianza e ir más allá para conocer las circunstancia reales de cada situación. Asimismo, la psicóloga hizo alusión a la necesidad de crear una «transición paulatina» en los gestos que se hacen a los niños y explicarles las cosas. «Decirles que vamos a cambiarle el pañal, que le dejamos en el suelo porque vamos a atender algo, que le vamos a limpiar los mocos,... y no hacerlo por detrás sin avisar, porque a nosotros tampoco nos gustaría. Se trata de respetar», añadió.

Por último, Ramón abordó los juegos de apego. Entre ellos destacó los juegos no directivos centrados en el niño y en los que son ellos quienes toman la iniciativa; los juegos simbólicos con objetos específicos; los juegos de causa y efecto; juegos de tonterías; de inversión de poder (por ejemplo dejarse ganar en una carrera o la guerra de cojines); juegos de regresión a actividades de cuando se era más pequeño; juegos cooperativos (por ejemplo, cocinar); y juegos de contacto corporal, entre otros.

La acogida del Espai Familiar entre las familias es muy buena, valoran positivamente su paso por la Caixa dels Colors porque viven un tiempo de juego en exclusiva con los hijos, que no lo pueden dedicar en el hogar. De esta forma aprenden de otras madres y padres a actuar ante determinadas situaciones y porque el Espai familiar es el lugar donde se les escucha, respeta y se les apoya en un momento tan gratificante, pero a la vez tan difícil, como es el de ser madres y padres. El número de inscripciones ha ido aumentando de año en año, llegando a tener incluso una lista de espera, a la que se le da respuesta a lo largo del curso en cuanto se tiene una plaza vacante.

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