P.-Define este mandato como el de cuatro años perdidos, insiste en que solo se han dedicado a querer derribar la cruz de Ribalta, a cambiar el nombre de las calles, a quitarle la 'n' al topónimo Castellón.. Suena a mensaje catastrofista€
R.-Es que la izquierda que venía a cambiarlo todo solo ha cambiado de casa. No han hecho absolutamente nada. Yo si tengo un plan de futuro para Castellón, yo si vengo a tratar de ayudar a que los castellonenses vivan mejor. Yo quiero ocuparme del empleo, de la educación en libertad, de acabar con las listas de espera en sanidad. De lo que les preocupa a los vecinos, no perderme en políticas estériles que solo dividen a la sociedad. Es que volvemos a estar como en la Guerra Civil, los rojos y los azules. Creo que hemos abierto heridas que ya cerraron nuestros abuelos; para eso hubo una transición en este país, y a quien vive del pasado se le escapa el futuro. Y yo vengo a hablar del futuro, quiero pasar página sin renunciar a nuestra historia, sin vencedores ni vencidos, no dejándome a nadie por el camino, pero trabajando por el futuro de los castellonenses, para el de mi hija.
P.-Entonces, ¿le parece mal, por ejemplo, el dinero o las subvenciones que se destina a la exhumación de represaliados de la Guerra Civil?
R.-Todo el mundo tiene derecho a la memoria y a la historia, pero entiendo que esta ciudad tiene otras prioridades.
P.- Sobre la famosa cruz, ¿acabará eliminada del parque Ribalta?
R.- Es que hasta para derribar una cruz hay que ser valientes, y tenemos un gobierno de cobardes.
P.-Otro de sus discursos habituales es el de tildar el Pacte del Grau de amigos de los independentistas. ¿Está la ciudad hoy más catalanizada por culpa de PSPV, Compromís y Castelló en Moviment?
R.-Rotundamente sí.
P.- Dígame en qué lo nota...
R.- Solo hay que pasearse por el centro de Castelló para encontrar lazos amarillos por todas partes o carteles sobre la libertad de los presos. Y lo noto en que se ha cambiado el nombre de la ciudad para eliminar el castellano, en que en los colegios no se puede elegir la lengua en la que queremos educar a nuestros hijos. Lo noto en que un buen médico parece que solo lo es porque hable valenciano y no por su valía profesional. Yo del médico quiero que sea el mejor, independientemente que hable valenciano, castellano o ingles. Y yo quiero que mi hija hable valenciano, castellano e inglés, pero lo que quiero es libertad para poder elegir.
