La retirada de la Cruz de los Caídos del parque Ribalta puede ser una realidad antes de concluir la actual legislatura si se cumplen las previsiones de la concejala de Cultura, Verònica Ruiz.
La redacción del informe jurídico a cargo del secretario del Ayuntamiento de Castelló para aplicar la Ley de Memoria Histórica, activando con ello los dos proyectos necesarios (de traslado del símbolo franquista y de ampliación del pulmón verde), está en su recta final. Tanto es así que la propia Ruiz prevé un primer borrador para la semana próxima. «Hay que tener en cuenta muchos factores para elaborar el informe. En el momento que esté redactado y firmado, habrá 15 días de exposición pública para que las partes interesadas puedan realizar alegaciones y posteriormente se abrirá otro plazo para resolverlas», explica.
«Si yo pudiera retirarla mañana, lo haría pero la administración tiene los ritmos que tiene. No obstante, siempre confío que, incluso el último día antes de las elecciones, pueda llevarse a cabo», añade la edil de Cultura.
Para ello, las reclamaciones [de haberlas] deberían ser las mínimas posibles y sin complejidades administrativas en cuanto a contenidos. «Ojalá no haya ninguna medida cautelar y se pueda resolver cuanto antes el informe. Si el juzgado entrara y decidiera, por ejemplo, la paralización del proceso, entonces sí que sería muy complicado que la Cruz de los Caídos se retirara antes de acabar la legislatura», explica Ruiz.
Iniciativa socialista
Por otro lado, el Grupo Socialista en la Diputación ha presentado una moción que se debatirá el próximo martes en el pleno en la que se solicita que la corporación sufrague conjuntamente con el Ayuntamiento de Castelló las exhumaciones de los represaliados que todavía se encuentran en fosas comunes del cementerio de la capital o que en su defecto se convoquen ayudas públicas con dotación presupuestaria para poder atender las peticiones de las familias que deseen recuperar los restos de sus seres queridos.
Así lo asegura el portavoz del PSPV-PSOE en la diputación, Santi Pérez, quien recuerda que la represión comenzó en Castelló en 1938 cuando las tropas franquistas tomaron buena parte del territorio y continuó en los años posteriores a la finalización de la contienda. «Fue un triste periodo de tiempo en el que se procedió a muchas ejecuciones», lamenta.
