Juanvi Bellido fue aupado en 2015 a la presidencia de la Junta de Festes proyectado por su candidatura como un líder «renovador» frente a la gestión de Jesús López. Tanto a Bellido como a López se les vinculaba en la órbita del PP, pero el primero era acompañado por un grupo de personas de diversas tendencias ideológicas. El Patronat de Festes forzó su salida de la junta el pasado mes de mayo por supuestos desplantes a la concejala de Festes, Sara Usó, ausencias injustificadas en actos o un incidente con el cónsul de Rumanía. Bellido llevó esta decisión a los tribunales.

Los enfrentamientos con el ayuntamiento comenzaron desde el minuto cero, pero en los dos primeros años la concejalía de Fiestas, en manos del PSPV, no contó con la complicidad de Compromís, quien no quería actuar contra Bellido por haber personas afines a la formación valencianista en la Junta. Ahora, la nueva formación de Vox ha recibido el apoyo explícito de Bellido, quien ha asistido varios días a las carpas que instala el partido conservador en la plaza de la Pescadería. Esta aproximación a Vox se produce mientras Bellido mantiene su pulso judicial con el equipo de gobierno. Durante su presidencia acumuló una veintena de bajas en su Junta, encontronazos con los padres de la reina de las fiestas de 2016, los familiares de las dos reinas de 2018, con el jefe de Protección Civil, con el jefe de Protocolo y con la concejala de Festes. A finales 2015, Bellido protagonizó rifirrafes verbales con una funcionaria del Patronat de Festes y el jefe de Protección Civil. La empleada presentó una denuncia a los juzgados por supuestas ofensas. En el juicio, celebrado en julio de 2016, testificó a favor de la misma Usó. Bellido quedó finalmente absuelto.