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A los cuatros vientos

Quien la hace, la paga

mucho se ha hablado en los últimos años acerca de la corrupción y la política. Ha sido un tema recurrente por parte del PSPV, Compromís, Podemos? han hecho de este asunto un mantra con tal de desprestigiar al que estaba en frente, en este caso al Partido Popular. Puede que hubiera motivos, no digo que no. Algunos hechos que se han conocido a través de los medios de comunicación o se han juzgado son sonrojantes. Pero desde luego, tratar de acotar comportamientos reprobables o ilícitos a unas siglas es un error, y no pequeño. Sobre todo porque la corrupción no es un asunto consustancial a un partido político como tal, sino a las personas que lo conforman. Y ahí? cada uno es de un padre y una madre.

Basta con hacer un pequeño repaso de los casos que se han producido en los últimos meses en la provincia de Castellón. Y ninguno ha sido del PP. En esta legislatura, ha sido condenado el alcalde de Olocau, del PSOE; el exalcalde de Vinaròs, del PSOE; y el exalcalde y cuatro de sus concejales en l'Alcora, del PSOE. ¿Seguimos? Tenemos a la alcaldesa de la Vall d'Uixó, Tania Baños, del PSOE, imputada. Y también a la de Almenara, Estíbaliz Pérez, del PSOE, no con una, sino varias causas abiertas, y por tanto también imputada. Y el rosario de casos se amplía: Ali Brancal, de Compromís, hasta hace nada número 2 en el Ayuntamiento de Castellón, está imputada por un presunto caso de malversación por el uso del dinero del Ayuntamiento para enviar su propaganda electoral. Y como ella está su compañero de filas, el secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu. A ninguno de los dos se refirió la señora Mónica Oltra, adalid de la lucha contra la corrupción, en su última visita a Castellón. ¡Claro! Los suyos están siempre libres de mácula.

El último caso conocido ha sido la imputación de Antonio Lorenzo por un presunto delito de malversación de fondos públicos durante su etapa como subdelegado del Gobierno en Castellón de Zapatero y mano derecha de la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco. Sí, del PSOE. Creo firmemente en la separación de poderes, y será, por tanto, el poder judicial quien juzgará sobre su honorabilidad y ejemplaridad por su gestión al frente de la Subdelegación, y no otros.

La corrupción es un mal endémico que es inherente al poder. El tiempo solo hace que facilitarla. El PSOE en Andalucía, los Pujol en Cataluña? Y no son menos conocidas las investigaciones judiciales que han afectado a muchos miembros de Podemos, e incluso a Ciudadanos. Pronto empiezan.

Insisto, la corrupción no entiende de siglas. Por eso es absurdo achacarla a un partido como torticeramente se han hecho desde las izquierdas, en su intento totalitario de tratar de sentar cátedra. Siempre juez y parte. ¿Pero y las explicaciones? Ni una sola.

En lugar de espolear al contrario, lo deseable sería que las instituciones y los partidos aprendiesen la lección y estableciesen los mecanismos necesarios para combatirla. ¡Y desde luego, que se dote a la judicatura de los medios necesarios para agilizarla! Algunos de los que ayer fueron vapuleados, hoy han salido 'limpios'. Y a la inversa.

La corrupción se combate con hechos. No me tengo por ejemplo de nada. No pretendo ser adalid ni dar lecciones a nadie. Pero, durante mi etapa al frente de la Subdelegación del Gobierno de Castellón, he gestionado los recursos públicos como si fueran los propios, y al menor indicio de sospecha, puse todos los hechos en manos de las fuerzas y cuerpos de seguridad para que investigaran. A día de hoy, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana ya ha anunciado que la investigación judicial está abierta desde 2017 y que hay en la causa 34 personas implicadas, entre ellas el citado exsubdelegado, del PSOE, junto a empresarios y dos funcionarios. Lo hice entonces y hoy lo volvería a hacer.

A todos les deseo la mejor de las suertes. Y para todos defiendo la presunción de inocencia, esa que se les negó desde antes de que se conocieran judicialmente algunos hechos al Partido Popular. La vara de medir ha de ser la misma. Los mismos partidos que ahora miran para otro lado y buscan fuera de casa las explicaciones a los problemas que tienen en sus filas, son los mismos que deberían aplicarse su propia medicina. «Ejemplaridad y honorabilidad», dicen.

Pues esos dos valores se demuestran desde las instituciones con la gestión pública. Controlando los gastos, porque ese dinero sale del bolsillo de todos los ciudadanos. Sirviendo con dedicación y entrega, sin sectarismos. Y desde luego, dando ejemplo. Durante mi etapa, los gastos en dietas y en desplazamientos fueron casi 20 veces menos que en las etapas anteriores a mi llegada, y eso que entre muchas otras cosas, gestioné la celebración de 4 convocatorias electorales.

Dormir bien, o mejor dicho, tranquilo, vale mucho más que todo lo que aparentemente viene de la mano del poder. Yo, hoy, quiero romper una lanza en beneficio del magnífico conjunto de los profesionales que prestan sus servicios en la Subdelegación del Gobierno. Unos pocos no pueden ensuciar ni el nombre ni el trabajo del resto. No es justo. Y en el caso de la Subdelegación, los ha habido, y los hay, muy cualificados. A todos ellos agradezco una vez más su entrega y dedicación. Y al resto, a los que no, que caiga sobre ellos todo el peso de la ley. Independientemente del color. Que quien la haga, la pague.

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