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«El proyecto del TAU Castelló debe continuar en la LEB Oro»

El técnico del conjunto castellonense confía en «continuar con la buena racha para alejarnos del descenso»

«El proyecto del TAU Castelló debe continuar en la LEB Oro»

Antonio Ten López de Lerma (Onda, 1980) aterrizó en el Club Amics del Bàsquet Castelló en la temporada 2002-03 y, desde entonces, su nombre ha estado ligado a la palabra «éxito», Gracias a su constante trabajo ha llevado al primer equipo hasta la segunda división española, la LEB Oro. En su cuarto año en esta categoría, Ten confiesa que está viviendo su temporada más difícil, pero confía en remontar la situación y mantener la categoría.

El inicio de temporada no fue fácil. Tras ganar el primer partido, se encadenó una larga serie de derrotas. ¿Qué sensaciones le deja la primera vuelta?

Me deja sensaciones encontradas, siendo todo muy complicado desde el inicio. Creo que nos equivocamos en verano y, a diferencia de otras ocasiones, no supimos suplir la baja de alguno de los jugadores más importantes de la temporada pasada. Lo cierto es que habíamos cogido una inercia de hacer fácil lo muy difícil, que es acertar plenamente cada verano con los fichajes, y este no lo conseguimos. Además, detecté carencias en la plantilla y tampoco supe cómo hacer rendir de manera óptima a los jugadores que teníamos. Hemos estado siempre acostumbrados a ganar más partidos de los que perdíamos y a no tener problemas clasificatorios. Esta ha sido la primera vez en 13 años que realmente estamos mirando para abajo, rozando los últimos puestos desde noviembre y con sensaciones de que estamos luchando para no descender.

¿Es el peor inicio que recuerda como entrenador?

Sí, puede que haya sido el peor inicio de campaña desde que estoy en el club como entrenador. Por suerte, el club reaccionó muy rápido porque todos éramos conscientes de que necesitábamos hacer fichajes para reforzar ciertas posiciones que no funcionaban. Necesitábamos un referente exterior y el fichaje de Brano Djukanovic nos ha venido muy bien porque a nivel de juego es determinante. Por otra parte, necesitábamos un cambio de base. Leon Williams es un chico extraodinario, pero necesitábamos otro tipo de jugador. Nos equivocamos al ficharlo y, una vez aquí, no supimos hacer que sumara lo que queríamos, siendo este un déficit mío como entrenador. Por tanto, la incorporación de Evaldas Zabas nos ha aportado ese foco y veteranía, tanto en la pista como a nivel grupal.

En más de una ocasión ha afirmado que el trabajo de la plantilla era bueno en los entrenamientos. ¿Qué echaba de menos en pista el día de partido?

Faltaba competitividad, liderazgo, arrojo y convicción. Creo que perdimos muy pronto la confianza en nosotros mismos. Depositamos mucha confianza en muchos jugadores, pero pasaban las jornadas y las expectativas no se cumplían, afectando psicológicamente. También he echado de menos esa soberbia que a veces no ha caracterizado. Es decir, hemos sido un equipo que ha jugado por encima de sus posibilidades durante 12 temporadas seguidas y hemos sido un equipo en el que un gran porcentaje de jugadores han hecho la mejor temporada de su carrera. Por eso creo que nos ha faltado ese punto de autoestima, de creernos mejor de lo que somos y de no importarnos las dificultades.

Y las lesiones también han influido considerablemente, ¿no?

Sí, otra cosa que nos ha matado es que hasta enero no hemos podido entrenar con la plantilla al completo. El problema es que cuando no tienes una coraza que te protege, cada golpe nos mataba tanto físicamente como anímicamente.

Desde el cuerpo técnico, ¿qué mensaje intentaban transmitir a los jugadores?

Es difícil gestionar estas situaciones de manera idónea, pero siempre lanzábamos un mensaje de responsabilidad y madurez a la par de normalidad. Seamos los que seamos, tenemos que intentar mejorar en la medida de lo posible para sacar esto adelante.

Ahora se ve a un equipo más maduro. ¿Cómo se afronta la segunda vuelta?

El equipo en el inicio de la segunda vuelta es un equipo absolutamente diferente. De las cuatro victorias de enero, tres han sido fuera de casa, siendo que no habíamos ganado ninguno a domicilio. La cara del equipo es otra y esto ya se parece más a lo que esperábamos aunque nos mantenemos con los pies en el suelo. Creo que febrero es el mes más importante de la liga porque marca mucho. En nuestro caso, nos puede poner en una zona intermedia o nos puede complicar muchísimo la vida. De momento, este último mes ya hemos ganado el doble de partidos de los que hemos perdido, por lo que deseamos que siga esta buena racha y que pueda llevarnos a alejarnos del descenso. Es cierto que el partido ante el Iberojet Palma está en el aire, pero ahora vamos a centrarnos en hacer un buen febrero e intentar acabar el mes en una buena posición.

¿A usted le preocupa la clasificación?

¿Me preocupa? Sí. ¿La miro? No demasiado. Me preocupa porque sé dónde estamos y porque no quiero que el club pase apuros, porque este proyecto debe continuar en LEB Oro. Considero que fuera de la LEB Oro no tendría viabilidad porque no hay tantos apoyos. No obstante, no la miro porque ahora estamos centramos en nuestro próximo partido, que es ante Melilla. Ante todo, espero que la clasificación no genere ningún tipo de ansiedad, de miedo ni de hipoteca a la hora de jugar.

¿Qué mensaje le manda a la afición?

Le animo a que venga porque seguro que ganaremos partidos. Nosotros somos los primeros que lo estamos pasando mal, que estamos disgustados y enfadados con nosotros mismos. Además, notamos muchísimo cuando hay afición. Creo que cuando el público aprieta somos un equipo totalmente diferente y que los éxitos de los últimos años evidentemente tienen muchos factores, pero uno de los principales es que en casa hemos apretado mucho. Seguro que hay pabellones que se llenan más, pero hay pocos tan ruidosos, tan implicados y con tanta conexión con el equipo. En el Ciutat todo el mundo aplaude y nunca se juzga a ningún jugador ni entrenador, porque aquí se viene a animar y a disfrutar. Para mí son la mejor afición del mundo, porque me siento querido, respetado y apoyado. Necesitamos que nos sigan apoyando porque es una ayuda vital y, si en las victorias son importantes, ahora son más necesarios que nunca.

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