El topónimo siempre es motivo de debate en el pleno el Ayuntamiento de Castelló, más si cabe cuando ayer se ratificó en sesión ordinaria la personación del consistorio en el recurso presentado contra la aprobación del cambio de la denominación oficial de Castelló en su forma exclusivamente en valenciano.

El PP, en boca del concejal Vicent Sales, volvió a ratificar lo que ya su portavoz, Begoña Carrasco -ausente ayer por enfermedad- dijo en una entrevista a Levante de Castelló: «Lo primero que haremos a partir del 27 de mayo no será cambiar el colchón, como ha hecho el presidente Pedro Sánchez, sino derogar este acuerdo, de manera que la ciudad recupere la libertad y su denominación bilingüe, en castellano y valenciano». El vicealcalde, Ignasi Garcia, le contestó recordando que «la libertad no está en una letra, sino en cuestiones como tener una sociedad más igualitaria», acusando al PP de «crispar con una continua mentira basada en el odio hacia el valenciano». Desde Ciudadanos su portavoz adjunto, Vicente Vidal, volvió a acusar al Pacte del Grau de «pancatalanistas» y recomendó a Ignasi Garcia «que vaya al psicólogo».

Control de la alcaldía

La política hace también curiosos aliados, como ayer Compromís y PP, que votaron en contra de la moción de Castelló en Moviment para promover que un reglamento del pleno e incluir un mayor control a la alcaldía, propuesta que salió adelante pese a todo con los votos a favor de PSPV y CseM gracias a la abstención de Ciudadanos y el voto de calidad de la alcaldesa. Ignasi Garcia, como portavoz de Compromís, insistió en que esta mejora del control del alcalde o alcaldesa de turno ya está contemplado en el Acord del Grau, aunque reconoció que no ha llegado a desarrollarse.