Pocos vínculos forjan amistades más fuertes que la siguiente coctelera: instituto, música y fútbol. Esos ingredientes juntaron las vidas de Carlos Roberto y Miquel Sanchis y alumbraron una amistad que ha desembocado, décadas después, en un libro de referencia nostálgica y futbolera. El instituto en el que coincidieron, la música heavy que los distinguía del resto y la pasión futbolera compartida les unió por encima de sus equipos, porque Roberto es del Valencia y Sanchis azulgrana, primero del Barça y luego del Levante. Ambos han escrito ahora un libro que repasa con nostalgia ese fútbol de antaño: Odio el fútbol moderno. El CAU Albinegre de la Agrupació de Penyes del Castellón acoge mañana a las 12.00 horas la presentación de la obra.
«El libro recoge los tres pilares fundamentales de nuestra página de Facebook», explica Sanchis, «nostalgia, denuncia y cultura». Y es que antes de ser libro, Odio el fútbol moderno fue, y sigue siendo, una página de la red social. «Empezó en 2014», cuenta Roberto, «España jugó en el Calderón con una equipación de color negro y me dije pero esto qué mierda es. Ya éramos bastante críticos con la deriva futbolera y ese día se me ocurrió abrir una página en Facebook, agregué a mis colegas y así empezó todo».
A uno de esos amigos, a Miquel lo hizo además administrador. «Como soy un enfermo del fútbol», apunta éste, «y estaba en el paro, empecé a escribir de pura casualidad». La página creció superando cualquier expectativa. «Recuerdo dos puntos de inflexión», dice Carlos, «uno que subimos una foto de Alcañiz y se hizo fan todo Castelló, y otra de Mauro Silva y Bebeto que inició un crecimiento espectacular a nivel nacional». Odio el fútbol moderno cuenta con más de cien mil seguidores en España y Latinoamérica. Llegado el momento de éxito, les escribió un fan de la página, que es además editor en la editorial Planeta, con la propuesta del libro. «No queríamos hacer negocio criticando el fútbol negocio, pero el libro era una demanda de nuestros seguidores», explica Miquel. En el libro se puede encontrar un cúmulo de brindis por los viejos tiempos. «Los looks de aquellos futbolistas, hazañas europeas, anécdotas arbitrales, los entrenadores de antes, las camisetas...», desgrana Carlos.
También hay cosas de entonces que no les gustan: «Sobre todo la violencia. El fútbol del futuro debe construirse sin machismo, homofobia y racismo, que todavía siguen presentes».
En blanco y negro
Como buenos seguidores del fútbol de los ochenta y los noventa, los autores guardan un lugar en la memoria para el CD Castellón, al que señalan además como una de las víctimas de los tiempos modernos. «Es un equipo muy querido por nosotros, su afición merece un monumento y me alegro de que esté de vuelta, al menos en Segunda B. A raíz de escribir en la página me di cuenta de lo jodido que estaba el Castellón por culpa del fútbol moderno, porque en esos años de infrafútbol le perdí un poco la pista», comenta Roberto. «Mis recuerdos de niño son del Castellón en Primera», añade Sanchis, «y está en unas categorías que no se corresponden con su historia y masa social. Creo que el fútbol debería ser más de los aficionados y menos unos juguetes de los empresarios». De todo ello y más hablarán mañana en el CAU, en un vermú con paella, y entre albinegros.
