Las estudiantes tomaron ayer el centro de Castelló, ataviadas con alguna prenda de color morado y sosteniendo pancartas con mensajes reivindicativos. «Juntes parem, juntes avancem», «Sin nosotras no se produce ni se reproduce» o «Quien no se mueve, no nota las cadenas», fueron algunos de los lemas más escuchados. El sindicato de trabajadores de la enseñanza Stepv calificaba de «éxito rotundo» el seguimiento de la huelga en el sector de la educación y tras hacer una encuesta en varios centros constataba un seguimiento del 50 % entre maestras y profesoras.

Conselleria de Educació cifraba en un 20,10% el seguimiento de la huelga por parte de maestras y profesoras tanto de primaria como de secundaria. En el caso de Castelló capital la cifra se situaba en 18,47 %.

Varias portavoces del sindicato estudiantil encabezaban la concentración, con megáfonos en ristre, mientras diferentes furgones de Policía Nacional y un coche y motos de la Policía Local de Castelló cerraban la marcha.

Las jóvenes se dirigían a los manifestantes celebrando otro «día histórico», como lo fue el año pasado en otro 8 de marzo con manifestaciones «masivas» en las grandes capitales y ciudades españolas, y en todo el Estado.

«Las y los jóvenes nos rebelamos», exclamaban a través de sus megáfonos. Denunciaban la disminución de las ayudas a la dependencia, el cierre de escuelas infantiles y la «trivialización» de la sanidad. Han cargado contra los partidos de la derecha, PP, Cs y Vox, a los que han tildado de bloque «reaccionario, machista y franquista» y han asegurado que los tres partidos de la derecha «tienen mucho miedo de lo que hoy (por ayer para el lector) está saliendo aquí».

Siguiente parada, Casado

En este sentido, las manifestantes, tras hacerse oír por las principales calles de la capital de la Plana, se trasladaron hasta el Auditorio, donde estaba programado un acto de precampaña electoral del líder del PP y candidato a la presidencia, Pablo Casado.

Durante la protesta las jóvenes también han criticado la falta de perspectiva de género del sistema judicial, al que han calificado de «machista y clasista, porque protege a los violadores de La Manada y culpabiliza a la víctima».