La Cabalgata del Ninot de ayer se tomó la pie de la letra la máxima «la imaginación al poder» para llenar las calles de disfraces desbordantes de imaginación. El colorido que se une habitualmente a los lemas críticos de cada falla no dejaron a nadie indiferente, pues sabido es que las fallas son una manera de poner los puntos sobre las íes a la actualidad principalmente local pero, a menudo, también a todo aquello que atañe a nuestras comarcas.

Así, las familias falleras que conforman el universo de las Fallas benicarlando se dejaron la piel en el desfile con coreografías, vestidos con una gran dosis de colorido y con una confección que tuvieron en cuenta hasta el último detalle, formando un conjunto final digno de las mejores comitivas. Este desfile crítico de disfraces intrínsecamente benicarlando ha sabido mantener la tradición del carnaval más genuino con una fusión fallera que atrae cada año a muchos visitantes y turistas que disfrutan de todo el recorrido.

Durante el acto se pudieron ver disfraces temáticos que cada falla escogió como lema este año. Por ejemplo, en la falla Consquistaors salieron 600 disfruzados de militares. En otras fallas, no faltaron los romanos, arlequines o mosqueteros.

La cabalgata, con el palco de autoridades instalado frente al mercado, se inició a las 19.00 horas. A las fallas El Campanar y El Grill, les siguieron La Paperina y El Mercat Vell; El Caduf y Els Cremats; Els Conquistaors y Amics del Foc; Benicarló, Nou Barri y Carrasca y cerraron el desfile L'Embut y La Barraca.

El trayecto se mantuvo en esta ocasión respetando el de años anteriores. Así, el recorrido fue calle Francisco Pizarro, avenidas Yecla y Mendez Nuñez y calle Pio XII.

Un año más, las benicarlandas y los benicarlandos dejaron muy claro que, a imaginación, no les gana nadie. El público acudió de forma masiva.