Por fin ha comprendido el Villarreal CF cómo se debe pelear por evitar el descenso. Ayer, en el Ciutat de València, hizo el partido perfecto para sus intereses. Como Mohammed Ali contra George Foreman, supo sufrir, desquiciar a su rival para, con dos zarpazos en el descuento, tumbar al Levante y salir de los tres últimos puestos. Primero fue Ekambi el que adelantó a los amarillos y Samu puso la calidad para certificar el triunfo. El Celta cae al infierno y el Villarreal, después de un sufrimiento eterno, le saca un punto tras superar a un rival que todavía se pregunta cómo no ganó.
Y es que la supervivencia fue lo más destacado que el Villarreal se llevó del primer tiempo. Rochina había premiado el dominio de un Levante que fue mejor en el arranque y que dominó a un Villarreal incapaz de incordiar a Aitor Fernández. El saguntino completó, con un ajustado disparo al palo izquierdo de Asenjo, una jugada que él había comenzado. Roger y Morales se habían enredado en el área, pero en la que el de Torrent supo devolverla a Rochina. Pero el VAR dejó sin ventaja al equipo de Paco López.
Esta jugada del minuto 27 afectó la moral y la concentración del Levante. Hasta ese momento, el equipo granota había desmontado a un Villarreal sin ritmo y sin pólvora, un desconocido en comparación con el duelo de San Petersburgo. Ante la ausencia de Álvaro González y todavía sin Bonera, Calleja se inventó a Jaume Costa como carrilero derecho para mantener el sistema de tres centrales e intentar contener a Morales. Mario formó la línea de zagueros junto a Funes Mori y Víctor Ruiz. Pero, a pesar de apuntalar la retaguardia y con Iborra y Cáseres, meter físico en la media, el Villarreal se vio desbordado demasiadas veces por un rival que parecía jugar de memoria.
Bardhi, ese pequeño diablo macedonio, disfrutó de espacios en la primera media hora. Ya a los cinco de partido, puso un pase que desbordó la línea de defensas. Roger Martí disparo demasiado alto ese pase en ventaja. Tres después apareció de nuevo el balcánico, para ceder a Luna en la derecha. Su centro lo despejó Víctor Ruiz, y Bardhi cerró la jugada con un lanzamiento demasiado desviado.
Sobre el cuarto de hora, el Levante sumó dos nuevos centros con peligro desde la derecha. El primero, de Antonio Luna, lo resolvió Simon. Su disparo acabó en saque de esquina. El segundo fue de Bardhi. Roger se inventó un taconazo que no supo convertir en gol Coke. Pero la más clara la tuvo el defensa madrileño en el minuto 19. Un control brutal de Morales y un pase en ventaja lo dejo solo ante Asenjo. Pero Coke cruzó demasiado y desperdició la ocasión para inaugurar el marcador.
Poco más que aguantar marea podía hacer el Villarreal. Más allá de algún chispazo de Ekambi, como un flojo disparo en el minuto 10 que detuvo Aitor Fernández, y de la resolución de Iborra, el bagaje ofensivo amarillo fue pobre. El valenciano, en el minuto 40, condujo hasta la frontal para cederle el esférico a Gerard. El catalán resolvió con un tibio remate.
La historia se repitió en la segunda mitad. Fue el Levante el que se encargó de marcar el rumbo del encuentro, ante un Villarreal en modo guerrilla. Los amarillos dieron la impresión de haber renunciado al ataque, a pesar de que la salida al campo de Samu y Fornals tenían la intención de darle más colmillo al submarino.
La única buena noticia para los de Calleja fue que el Levante, con el paso de los minutos, se fue desesperando y perdió claridad ofensiva. Aún así, el único peligro real lo generó el equipo local. Por ejemplo, en el minuto 56, Rochina se vio con espacio para avanzar hasta a frontal, pero su disparo se marchó a la derecha de la puerta de Sergio Asenjo.
Los de la Plana no hallaron la fluidez necesaria para acercarse al área de Aitor Fernández, a pesar de su necesidad. La más destacada se produjo en el minuto 75, cuando Ekambi, desde la línea de fondo, cedió atrás para Fornals. Pero su pobre remate, carente de intención, se marchó fuera.
Los locales, con una falta disparada por Rochina y un error de Asenjo en un saque de falta de Campaña, atenazaron a los amarillos, pero sin la convicción del primer acto. Pero quien tuvo, retuvo, y Morales perdonó el gol en el 83, tras un centro de Simon.
El epílogo del partido creció en intensidad. El aliento de la grada azulgrana impulsó a los de Paco López, y les regaló en el correcalles final la mejor ocasión hasta ese momento al Villarreal. Samu, en el minuto 87, desperdició en el segundo palo un centro de Jaume Costa. Su cabezazo, carente de malicia, se marchó fuera. Respondió Mayoral que no pudo rematar, en el área pequeña, un centro desde la derecha que se paseó por el balcón de la línea de gol. Fue entonces cuando el desenlace sonrió al Villarreal. Ekambi, ya superado el minuto 90, se impuso a la defensa para embocar un centro de Iborra. Pero el delirio no terminó ahí, y Samu se inventó un zurdazo precioso, ya en el minuto 94, para batir a Aitor Fernández y rescatar a los amarillos del descenso.
