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Partido Popular

La desautorización de Barrachina en Madrid complica su liderazgo

El presidente provincial ha visto desbancada su candidatura al Congreso en favor de Óscar Clavell y se le complica el dominio del PP en Castelló

Sales, Vicente-Ruiz, Barrachina, Martíne y Folgado Carme Ripollés

Nadie acata mejor la disciplina interna en el panorama político estatal que los militantes y cargos del Partido Popular. Saben elegir el momento de las batallas y éste, precisamente, no invita a ello con dos contiendas electorales en dos meses.

Con la misma rapidez con la que fueron desautorizadas las listas castellonenses filtradas a la prensa, Miguel Barrachina emitió un comunicado de felicitación a Óscar Clavell por «su elección» como número 1 al Congreso por Castelló. Unos términos que es necesario analizar por el hecho que deja abierta la posibilidad de que en la designación había más candidatos, por suponer que la ha realizado una tercera persona, en este caso Casado y no Barrachina o Bonig, y por obviar la incompatibilidad de su cargo como presidente provincial y candidato al Congreso.

Pero la batalla de Barrachina por el control del partido se antoja complicada. El clan de la Vall sale reforzado con la elección de Clavell, del que al principio se dudaba si repetiría incluso en la candidatura tras la renovación municipal, y de Elena Vicente-Ruiz, probable número 1 por Castelló a Les Corts si Isabel Bonig concurre finalmente por València. En 2015 lo hizo por Castelló, al igual que Ximo Puig.

Cuando fue elegido presidente provincial, en 2016, Miguel Barrachina aprovechó su condición de diputado en el Congreso y portavoz de la Comisión de Fomento bajo el Gobierno de Mariano Rajoy para marcar la agenda política castellonense desde el punto de vista de las infraestructuras. Su amistad con el ahora denostado y alejado de la política, Íñigo de la Serna, fue su manera de asentarse en el liderazgo desde una atalaya distinta a la Diputación de Castelló, tradicional puesto de mando del partido en la provincia.

Apartado ahora del Congreso y con una probable candidatura al Senado, Barrachina contempla como su liderazgo se aparca a la espera de los congresos post-electorales. Dado que el partido se renovó bajo el prisma del liderazgo de Mariano Rajoy, la precipitación de los acontecimientos y la salida del pontevedrés ha ocasionado que Casado mande sobre un partido 'marianista'.

Las listas al Congreso hna sido su primera toma de posición, un hecho que tendrá continuidad en los citados congresos post-electorales y dónde no tendrá cabida Barrachina, que no controla ya ni el Congreso ni la diputación, en manos de Vicent Sales, heredero natural de Javier Moliner y principal candidato a coger las riendas del partido una vez pasen los comicios.

Aún así, Barrachina podría arriesgarse a dar batalla y virar su liderazgo con su acta de concejal en Segorbe, camino de la Diputación de Castelló. Un aspecto que se antoja complicado porque supondría poner patas arriba el partido en el congreso provincial.

Determinante será pues el resultado de las elecciones municipales, donde Sales y Barrachina están condenados a entenderse. Como líder provincial el segorbino ha renovado muchas de las candidaturas locales, incluida la de la Vall, donde no repite Clavell. De sus resultados dependerá tanto el liderazgo de Barrachina como la presidencia de la diputación para Vicent Sales.

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