La Diputación de Castelló mantiene la provincia como territorio cardioprotegido con un servicio de desfibriladores que toma especial relevancia en las zonas menos pobladas y más alejadas de los núcleos urbanos en el interior. Esa importancia significa aumentar ostensiblemente las posibilidades de salvar vidas en caso de una parada cardíaca.

Y es que el gobierno provincial se hace cargo del mantenimiento de los más de 200 dispositivos y la formación necesaria para manejarlos después de esta innovadora iniciativa que le llevó a hacer de la provincia una de las primeras de España en contar con esta asistencia.

La diputada provincial responsable del área de Acción Social, Elena Vicente-Ruiz, ha explicado que «este ambicioso programa de prevención de riesgo cardiovascular llega a todos los rincones de las comarcas de la provincia con especial atención en aquellos pueblos con menos recursos sanitarios por su tamaño y por su distancia con los grandes centros hospitalarios».

Combatir la muerte súbita

El servicio que presta la diputación con la distribución de estos dispositivos «en cualquier núcleo poblacional, independientemente de su tamaño, se dispone de las herramientas necesarias para combatir la muerte súbita y aumentar el índice de supervivencia en caso de parada cardíaca», ha añadido Vicente-Ruiz.

Hay que tener en cuenta que para la distribución de los desfibriladores, la Diputación de Castelló ha tenido en cuenta el análisis de los servicios disponibles de los municipios solicitantes, así como el número de núcleos urbanos y la población que comprenden, lo que ha permitido afinar respecto a la cobertura en relación con la población existente en esas zonas.

Así las cosas, el gobierno provincial mantiene en cada municipio castellonense un mínimo de un desfibrilador, como es el caso de los municipios más pequeños, hasta los siete dispositivos DESA con los que cuenta la ciudad de Castelló.

Cabe señalar que el equipamiento que mantiene la Diputación de Castelló a través de esta iniciativa está destinado al restablecimiento de un ritmo cardiaco eléctrica y mecánicamente efectivo ante casos de fibrilación ventricular o de taquicardia ventricular en ausencia de pulsocuenta, con 300 números de descargas y 13 horas de autonomía por desfibrilador y un periodo de garantía de 15 años.

Además, para que el uso del dispositivo DESA sea lo más sencillo posible, éste guía al operador en cuanto a la frecuencia de las comprensiones y cuenta con un dispositivo que establece la adecuada profundidad de las comprensiones a practicar, lo que facilita su uso.