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Carrasco se alinea con la "renovación" de Casado en Castelló y se desmarca de Barrachina

La candidata niega que la salida del presidente provincial sea una "escabechina", pero avala el cambio unilateral de Génova

Carrasco se alinea con la "renovación" de Casado en Castelló y se desmarca de Barrachina

Nuevos tiempos soplan en el PP tras la llegada de Pablo Casado. El nuevo líder popular ha hecho una purga de cuadros afines a Mariano Rajoy en las candidaturas de las elecciones generales y ha eludido la opinión de sus barones territoriales. En este escenario, los cargos adeptos a Casado en Castelló se adecuan a esta realidad y asumen la caída del dirigente provincial, Miguel Barrachina, de la lista del Congreso. Es el caso de la aspirante del PP a la alcaldía de Castelló, Begoña Carrasco, quien se alinea con Casado y apoya el relevo de Barrachina por Óscar Clavell en la Cámara Baja.

Así lo puso de manifiesto ayer en declaraciones a los periodistas en una rueda de prensa en el ayuntamiento. Valoró que la apuesta de Génova por Clavell en detrimento de Barrachina «es un cambio» que busca la «renovación». A la pregunta de si esta medida se trata de una «escabechina», Carrasco lo negó respondiendo primero de forma jocosa y de forma no muy convincente: ¿lo dices porque rima con Barrachina?, creemos que no, Miguel es un activo fundamental, es nuestro presidente provincial y veremos cómo queda la composición».

La portavoz popular no descartó que Barrachina pueda continuar en otras listas sin especificar cuáles. Argumentó que es la primera vez que el partido ha de conformar al mismo tiempo las candidaturas para elecciones generales, autonómicas y municipales.

Carrasco fue la principal dirigente de Castelló que respaldó sin ambages a Casado en las primarias internas frente a la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. También lo hicieron la senadora Salome Pradas y el diputado nacional y exalcalde de la Vall d'Uixó, Óscar Clavell. Los tres se proyectan ahora como los referentes que Madrid pretende promocionar en Castelló.

Barrachina esperaba repetir de cabeza de lista al Congreso haciendo valer su peso como presidente del PP provincial y su trabajo en la comisión de Fomento. Pero su apoyo explícito a Sáenz de Santamaría ha sido letal para sus intereses políticos y no se ha librado de la limpieza de «marianistas» y «sorayistas». Casado se ha respaldado en el apoyo cosechado por las bases en las primarias para diseñar unas listas a su imagen y semejanza, sin tener en cuenta la opinión de los mandos regionales o provinciales. Estos últimos tendrán más margen en las candidaturas autonómicas y municipales, pero de cara a los comicios nacionales el nuevo líder popular ha querido rodearse de acólitos.

Barrachina afronta de esta manera el momento más delicado de su larga trayectoria política. Desde los círculos políticos se le consideraba un superviviente, ya que supo salir ileso de las guerras internas que ha registrado el PP regional desde los años 90. Inició su carrera en las Corts Valencianes arropado por el expresidente del Consell y exministro, Eduardo Zaplana. Luego se acercó al otrora poderoso presidente provincial, Carlos Fabra, cuando Francisco Camps y Eduardo Zaplana protagonizaron una guerra sin cuartel por el control del partido valenciano. Camps laminó el zaplanismo pero Barrachina logró aguantar arropado por Carlos Fabra. Pero cuando este último fue defenestrado por su delfín en el partido y diputación, Javier Moliner, por su condena judicial, Barrachina fue de los primeros políticos del PP que se adhirió a Moliner. El presidente de la diputación lo designó su sucesor en el PP de Castelló, pero su anunciada marcha de la política ha dejado a Barrachina sin su valedor.

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