La Vall d'Uixó verá renovados, antes de concluir el presente 2019, cerca de 800 metros de conducciones de agua potable. Unas labores enmarcadas dentro del plan Renovación y mejora de las infraestructuras de la red de agua potable que el ayuntamiento de la localidad y FACSA, empresa concesionaria de este servicio, están llevando a cabo en el municipio.

Estas labores comprenden la instalación de nuevas canalizaciones de polietileno de alta densidad en la carretera Segorbe y las calles Sagunto, Ausiàs March y San Quintín, en sustitución de las actuales, muy antiguas y extremadamente frágiles.

En otra actuación, en la avenida Sud-oest, la compañía de Grupo Gimeno centrará sus esfuerzos en un tramo de red incompleto, cuyo final conectarán con una de las conducciones principales, de forma que se cree un circuito cerrado, o en malla, que recircule el agua y mejore su calidad sanitaria.

De esta manera, tal como apuntó Óscar Peris, coordinador de la Zona Sur de FACSA, con el proyecto «pondremos fin a las roturas y fugas en las conducciones y mejoraremos los recursos hídricos de la ciudad y, con ello, el servicio prestado a los vecinos de la localidad».

La alcaldesa, Tania Baños, y la concejala de Urbanismo, Francesca Bartolomé, destacaron que además de la mejora del servicio «también adecuamos las aceras y el asfaltado de estas zonas, adaptándolas a la normativa de accesibilidad». Además, anunció que ya se ha se recibido el permiso arqueológico de la Conselleria que autoriza «a cumplir con el compromiso que tenemos con los vecinos del Roser de actuar en la calle San Quintín, que está en muy mal estado».

La zona de ejecución de las obras ha recibido hoy la visita de representantes de las entidades implicadas. Por parte del consistorio, han acudido Tania Baños, alcaldesa de la Vall d'Uixó, y Francesca Bartolomé, concejala de Urbanismo, que han estado acompañadas por Óscar Peris y Guillermo Urios, jefe de servicio de FACSA.

Prevención de inundaciones

Por otro lado, el Ayuntamiento de Xilxes está preparando el proyecto para evitar las inundaciones que sufre la calle Primero de Mayo en episodios de lluvias y que pasa por incorporar una estación de bombeo, tal y como se desprende del estudio realizado por FACSA. Se trata de una calle que se encuentra en una salida natural de las aguas de lluvia, por lo que al superar el agua cierto nivel la zona se inunda ocasionando molestias.