El Castellón dominó en la primera parte y se aferró al campo en la segunda, con uñas y dientes. El 0-1 en Lleida eleva al equipo a otra dimensión. «La primera parte ha sido muy buena», afirmó Cano, «no solo tuvimos el gol, también un par de ocasiones claras». «En la segunda tocaba remar y supimos aguantar las embestidas del Lleida, que sabíamos que saldría con todo y tiene muy buenos jugadores, pero los defensas nos dieron tranquilidad y atrás tenemos al que para mí es el mejor portero de la categoría, Álvaro Campos», resumió el granadino.

Para que el conjunto albinegro, inmerso todo el curso en una situación delicada, ha conseguido reaccionar a tiempo para evitar el descenso. «Después de perder con el Mestalla ya dijimos que para salir de abajo había que jugar a tumba abierta, y aquí ha vuelto a salir cara», añadió Óscar Cano. El preparador albinegro volvió a hacer malabarismos para ajustar las piezas disponibles, sobre todo en ataque. En Castelló se quedó Jairo, lesionado, y Cubillas volvió de la lesión hasta que aguantaron las fuerzas. También estuvo limitado, por una dolencia en el gemelo, César Díaz. «Ajustamos en base a los elementos que tenemos», dijo Cano, «con otros cambios podríamos haber dado más miedo».