El partido 350 del Villarreal B en Segunda B se saldó con el empate número 100 del filial amarillo en esta categoría. Un empate que supo a poco ante el Ontinyent, aunque hay que reconocer que con poner ganas eso no garantiza nada. Hay que pisar el área rival y tirar a portería. Y eso ayer se vio poco, tanto en los locales como en los visitantes. El segundo tiempo fue un tremendo monólogo del filial que no le sirvió para deshacer el 0-0. Pese a haber ganado uno de los diez últimos partidos, el conjunto groguet se mantiene en los puestos de play-off.

Sin ocasiones de gol es prácticamente imposible marcar goles. Los primeros cuarenta y cinco minutos entre vila-realenses y valencianos fueron muy intensos, pero se fabricaron muy pocas ocasiones claras de gol. Se podría que decir que ninguna, pero sí que hubo tres buenas llegadas al área rival que acabaron en nada. El filial amarillo quiso, pero no pudo. El conjunto de La Vall d'Albaida arriesgó lo justo. Se plantó bien con cinco centrocampistas y un único punta, y no le dejaron espacios por donde respirar al equipo de Miguel Álvarez.

El Villarreal B saltó al campo con pocas novedades. La más importante en la portería donde Joan Femenias relegó al banco a Diego Fuoli. En el eje de la zaga el sancionado José Castaño le devolvió la titularidad a Carlos Blanco. El lateral izquierdo sí que regresó Xavi Quintillà, y en el centro del campo Mukwelle Akale reemplazó al también sancionado Emmanuel Lomotey. El resto los mismos. Un equipo que tuvo el balón, lo movió bien, lo perdió poco, pero en los metros finales se ahoga con demasiada facilidad.

Si se ahoga en parte es por los rivales que le acumula mucha gente en el área y en la frontal. Allí es casi imposible conectar con Rubén Mesa o con Simón Moreno. Y por eso ayer se le hicieron muy pocas cosquillas al portero del Ontinyent, a Craviotto. En cuanto a ocasiones claras de gol muy pocas. En el minuto 18 se reclamó un penalti del central Enrique al atacante local Simón Moreno. En el 24 un córner sacado por Raúl Fuster lo cabeceó alto el mediocentro castellonense Álex Felip. Y en el 44 el trallazo de Fran Álvarez lo rechazó con los puños el portero visitante.

Dominio estéril

Eso fue lo más destacado de una primera parte que no pasará a la historia por su vistosidad. Puso toda la carne en el asador el equipo de la Plana Baixa, pero no anda fino en las últimas jornadas. Quintillà la tuvo en el minuto 65, pero envió a las manos del portero visitantes. Y en el 72 la mejor ocasión con un centro de Iván Martín al segundo palo donde irrumpió Rubén Mesa que de chilena estuvo a punto de anotar.

En el minuto 79 el técnico Miguel Álvarez agotó los cambios con gente ofensiva. Dos de una tacada. No hubo manera. La volvió a tener Xavi Quintillà en el minuto 84 con un tiro raso y ajustado al palo izquierdo de Craviotto. El tiempo empezaba a volar. Pese a intentarlo, el balón no quiso entrar y encima el portero visitante lo paró todo.