El Ayuntamiento de Cabanes continúa sin cerrar el convenio con la empresa pública Acuamed para recibir agua de la desaladora después de rechazar la semana pasada en el pleno la primera propuesta.

A diferencia de otros municipios como Benicàssim o Orpesa, que aprobaron el acuerdo, Cabanes optó entonces por mantener las negociaciones durante toda esta semana.

La primera propuesta de convenio incluía una moratoria en el pago de la desaladora y el ajuste de los abonos al consumo del municipio, algo que no aceptó el equipo de gobierno.

«Estamos a favor del uso del agua procedente de las desaladoras pero no a cualquier precio. Debemos pensar en el futuro y no vamos a hipotecar el futuro de nuestras vecinas y vecinos para pagar esta infraestructura», explicó en su momento la edil de Urbanismo, Medio Ambiente y Agricultura, Dolores Torreblanca.

La alcaldesa del municipio, Soledad Segarra, comentó ayer que está previsto que este lunes se reúnan de nuevo los portavoces de los diferentes grupos políticos que integran la corporación municipal para evaluar los avances en la negociación y así estudiar si volver a someter el asunto a votación en sesión plenaria o realizar nuevas propuestas a Acuamed.

No obstante, tanto Cabanes como Benicàssim o Orpesa mantienen su petición al Gobierno de asumir el coste total de construcción de la desaladora, como se ha realizado con las instalaciones de otros territorios, indican.

El municipio de Cabanes debería estar abastecido por la desaladora de Cabanes desde la pasada década, al igual que Orpesa o Benicàssim. En este caso, a nivel técnico, la infraestructura estaba programada para abastecer a una población de 150.000 personas. La planta tiene una capacidad de producción de 21,5 hectómetros cúbicos al año y su construcción tuvo un coste de 55 millones de euros, gran parte de ellos financiados con fondos de desarrollo local de la Unión Europea.

Se espera que en breve entre en funcionamiento esta planta. Una circunstancia que, al igual que sucede en Moncofa, evitará la devolución inmediata de los fondos aportados por Europa dado que estaban condicionados a la puesta en marcha de la planta antes del 31 de marzo de 2019. Junto a la devolución de las subvenciones, la construcción también estaba ligada al pago de un canon a la empresa Acuamed por la construcción de la infraestructura de desalación de agua marina.

Cabe apuntar que ayer entró en funcionamiento la desaladora de Moncofa, que debe abastecer a esta localidad y, en breve, a la localidad de Xilxes.

El consistorio apuntó ayer en u comunicado de prensa que por el momento la instalación de Moncofa (La Plana Baixa) aporta ya agua desalada a la red potable de la localidad.

Eso sí, en un principio apenas el 10 % del volumen diario que consume la población ya que el resto continua procediendo del Consorcio de la Plana.

Se estima que en un futuro el incremento del recibo del agua de una vivienda puede rozar el euro trimestral aunque en las grandes empresas será mayor al consumir mucha más agua.