El Castellón se empeñó en estropearle la fiesta a Castalia. Cuando todo eran sonrisas, Verdú ejecutó el peor penalti imaginable y le brindó en bandeja a Falcón detener una pena máxima que se había pitado sobre César Díaz en el minuto 25 de encuentro. Y la historia se repitió en la recta final, con un equipo embarcado en el sueño de la remontada, tras la igualada de César, cuando Delgado atropelló a Benja en el área, que no perdonó el regalo y anotó el 1-2 de penalti en el minuto 88. En uno de esos días claves, de los que se recuerdan cuando se echa el cierre a la campaña, el Castellón no estuvo a la altura y se vuelve a complicar la existencia.

La Magdalena se le agrió en la boca al Castellón en un duelo en el que, en esta ocasión, la épica no salvó a los de Óscar Cano. Con la dinámica de los dos partidos consecutivos ganados y el acicate de poder escapar del descenso con el triunfo, los albinegros se mostraron sin miedo a un Hércules dubitativo, a pesar de estar metido de lleno en la pelea por un puesto en la promoción de ascenso. Tras un par de tímidos acercamientos, con un centro de Cubillas y un pase al corazón del área de Verdú que no cabeceó Caballero, una carrera del César Díaz a un servicio largo desde el centro del campo terminó con Samuel derribando al futbolista local. Pero cuando todo apuntaba a delirio en las gradas, el asunto se tornó en desconcierto tras el disparo de Verdú.

Perdió el cuajo el Castellón tras el error en el penalti ante un Hércules que dio un paso adelante. Apareció Juanjo Nieto por la banda derecha, y el exjugador del Castellón empezó a desnudar las carencias defensivas de los locales. Le entró el tembleque a los de Cano que vieron como Pablo Íñiguez se plantaba en el área tras un esprint imparable en el minuto 37. Cedió a Benja, pero su primer remate lo repelió Campos. El delantero herculano, sin oposición, mandó fuera cuando el guardameta local ya estaba vendido.

Pero era el prólogo del desastre. Un minuto más tarde, Juanjo apuró la banda derecha, siguió la línea de fondo y, cuando iba a centrar, vio cómo Gálvez le rebañaba el esférico. Pero, ante el asombro de la grada, Latorre García decretaba penalti por manos. Carlos Martínez no hizo la de Verdú y engaño a Álvaro Campos para inaugurar el marcador.

La reacción albinegra fue insuficiente. Incapaz de generar peligro, el equipo orellut se salvó del segundo en las postrimerías del primer acto. Campos cometió un error, al caérsele el balón en el área, que terminó con un libre indirecto para el Hércules. Carlos Martínez, en el borde interior del área, tocó para Benja que estrelló la pelota en el travesaño.

Durante toda la segunda mitad, se mascó la tragedia en Castalia. El Castellón cayó en viejos vicios, se enredó en sus conocidas debilidades ante un Hércules que dejaba fluir su juego. Hasta en cuatro ocasiones perdonó la sentencia. Carlos Martínez perdonó con una vaselina demasiado alta, y Álvaro Campos salvó dos remates a bocajarro del mismo Carlos Martínez y de Benja. Y Pol Roigé desperdició un pase de Juanjo Nieto con un disparo desviado. Todo entre el minuto 64 y el 77.

Pero César Díaz se empeñó en transformar la historia. Fue su cabeza la que apareció, en el minuto 78, para embocar el centro de Muguruza desde la derecha. Ahí apareció el Castellón de la épica, el Castellón de la rabia y la urgencia.

Con una grada contagiada, era cuestión de minutos el gol que lo cambiara todo. Pero cayó del lado visitante. Con el equipo volcado, el Hércules pilló a los locales desnudos en la retaguardia. Delgado, en plena carrera, arrolló en el área a un Benja que encaraba portería. No perdonó el delantero de los alicantinos para bajarle el subidón a los albinegros que no supieron reaccionar. A última hora, Muguruza se marchó expulsado en un Castellón desquiciado. El equipo vuelve a tener que remar a contracorriente si no quiere que el fantasma de Tercera se pasee de nuevo por Castalia.