Camino del cuarto mes en el curso 2019, Andrés Artuñedo hace balance de su día a día y entrenamientos en la Academia Dectra de València, de su calendario competitivo y de «estar en casa». «Mi primer gran cambio después de vivir cuatro años en Barcelona es poder levantarme, cenar y dormir cerca de mi familia muchos días al mes. Todo se lleva mejor», comienza diciendo.
Al castellonense le está tocando lidiar con los cambios que se están produciendo con el ITF Transition y el Circuito Challenger, la búsqueda de los puntos necesarios para compaginar ambos rankings y los continuos viajes a los que un profesional de la raqueta está sujeto. «Creo que esta temporada algunos jugadores estamos siendo utilizados como conejillos de Indias ya que es complicado acertar a confeccionar un calendario que nos ayude a progresar en algunos momentos y esa es una idea común entre mis compañeros, quienes debemos más improvisar que programar. Esta situación no es buena para nadie y suponemos que tanto la ITF como la ATP están al corriente. De hecho, se avecinan nuevos cambios de cara a la segunda mitad de la temporada, dado que por el momento están siendo seriamente criticados», comenta el castellonense, muy seguro de su opinión.
Con excelentes resultados en los Futures y complicadas rondas iniciales en los Challengers, Artuñedo no se marca objetivos a corto plazo. «Creo que la decisión de ir a València fue muy acertada, estoy rodeado de un equipo impresionante y viajar con Uribe y Esparcia siempre es un aliciente. La motivación crece día a día y el empuje hacia nuevas metas es evidente. Está claro que hay que trabajar muchísimo porque los torneos son cada vez más exigentes, el nivel es exagerado con jugadores top-100 en segundas rondas, lo que te obliga a dar lo mejor de ti mismo en cada cruce, y así cada semana. Por eso, el año me lo planteo de mucho aprendizaje, mantener mi estatus y crecer como tenista, haciendo buenos partidos en todas las citas. Esto es bastante largo».
De momento, un Futures 25.000 dólares en Sunderland (Gran Bretaña), dos Challengers en México, León y Puerto Vallarta, para posteriormente dar el salto a la tierra batida se enmarcan dentro de la actividad competitiva en las próximas semanas. «Si todo va bien, jugaré alguna fase previa en el Circuito ATP hacia el verano. Siempre hay oportunidades a esa altura del año», añade.
Pero no todo es tenis en la vida de un pro de la raqueta y Artuñedo confiesa ser un chico normal, con muchas inquietudes familiares y buscando aprovechar el tiempo que le dejan entrenamientos y viajes. «Hay que buscar espacios para la familia, la novia, y las aficiones. Te ayuda a valorar la vida y concentrarte en las cosas importantes», concluye.
