El Villarreal CF volvió a desaprovechar ayer otra ocasión para puntuar y salir del fondo de la clasificación. El equipo de Javi Calleja sumaron otra derrota que, con la victoria del Celta, les vuelve a dejar en puestos de descenso a falta de siete jornadas para el final de La Liga.

Contra todo pronóstico, el cuadro amarillo llegó a un Benito Villamarín gélido y apagado, algo poco frecuente. La lluvia que arreció en Sevilla durante toda la tarde y la mala temporada del equipo no invitaron al aficionado bético a acudir al estadio. Aun así, los 28.475 espectadores que se dieron cita apretaron como de costumbre, sobre todo, en el segundo tiempo.

El partido empezó con dos goles como carta de presentación. Dos golpes secos directos al mentón del rival. Primero fue el Betis, por medio de Lo Celso, el que se adelantaría en el marcador. Pero casi no pudieron ni festejarlo. La presión del Villarreal surtió efecto justo en la jugada de después para forzar un córner que, a la postre, significaría el empate gracias a un potente cabezazo de Funes Mori.

El gol dio confianza a los de Calleja, que empezaron a ganar metros poco a poco, como en un partido de fútbol americano. El cambio de sistema, propiciado por la lesión de Bonera en el minuto 27, aún mejoró más al Villarreal, que pudo irse por delante al decanso. Sin embargo, Pau López desvió una peligrosísima falta lanzada por Cazorla. El portero catalán empezaba a dejar pistas de lo que vendría después.

Tras el paso por vestuarios, el Betis cambió de cara y empezó a someter al Villarreal, sobre todo por medio de Canales, que dio toda una clase magistral de fútbol en los 67 minutos que estuvo sobre el césped. La calidad del cántabro permitió al Betis llegar con peligro sobre la portería de Asenjo, quien salvó al equipo groguet en un par de ocasiones. El palentino nada pudo hacer para evitar el segundo de Lo Celso. Tras una jugada muy rocambolesca, el argentino logró encontrar un espacio en la portería para poner en ventaja a los suyos.

Con el segundo, el Villamarín empezó a pensar en «el Gran Derbi» del próximo sábado, con referencias continuas al eterno rival. Pareció pensar lo mismo Setién, que sustituyó a Canales y Lo Celso con veinte minutos por delante.

El Villarreal vio la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y puso toda su artillería en el césped para lanzarse a por el empate, aún consciente de que en una contra el Betis podía matar el partido.

Pudo haber cambiado la historia en el minuto 88, cuando el árbitro señaló penalti a favor del Villarreal por unas manos de Bartra dentro del área. Cazorla cogió la responsabilidad de lanzar el penalti, pero Pau se mantuvo firme en el centro de la portería y echó al traste la última oportunidad del submarino. Al final, la necesidad crece y los partidos se reducen.