Una menor ratificó ayer al tribunal la agresión sexual que sufrió a la edad de 10 años por parte del empleado de una urbanización privada. El tribunal excusó la declaración en la sala de la víctima, en la actualidad de 13 años y de nacionalidad extranjera.

En su declaración preconstituida [en la fase de instrucción del sumario] la niña relató que se encontraba en la piscina de la urbanización, cuando el procesado la llevó a una caseta próxima con la excusa de ponerle crema.

«Me quitó la parte de abajo del biquini, y me metió fuertemente los dedos en la vagina», declaró. «Luego se bajo los pantalones, me mostró el pene e intentó penetrarme por detrás. Yo temblaba de miedo, y salí corriendo», añadió la menor.

El procesado admitió ante el tribunal todos los extremos de la agresión sexual a la niña, excepto el intento de penetración. El reconocimiento de los hechos por parte del acusado llevó al ministerio público a rebaja de nueve a ocho años la petición de cárcel por un delito de agresión sexual.

Según el escrito inicial del Ministerio Público, los hechos ocurrieron el 13 de julio de 2016 en la piscina de una urbanización.

«El procesado, empleado de la firma L. B.F, en una urbanización, se acercó a la víctima, que se encontraba en la piscina, ya que estaba pasando sus vacaciones estivales en dicho lugar, preguntándole si había visto su móvil, indicándole que saliera del agua y le seguiera para ponerle crema ya que tenía la piel muy roja a consecuencia del sol, y llevándola a una caseta cerca de la piscina, donde se guardan los instrumentos y otros objetos», afirma el ministerio fiscal.

«Una vez ambos en el interior, el procesado con ánimo libidinoso le dijo que se tumbara en una camilla que se encontraba en el interior, y que se pusiera boca a bajo para ponerle crema, sin que la mujer observara nada raro, hasta que cerró la puerta de la caseta con llaves, para después ponerle crema por la espalda, extendiéndola por las piernas, mientras le bajaba un poco la parte inferior del bikini, para posteriormente bajarlo hasta las rodillas y quitándoselo después tirándolo al suelo», añade.

El escrito del fiscal señala que en el momento «en que su agresor se quitaba el cinturón del pantalón y se sacaba el pene, la víctima aprovechó para levantarse de la camilla y, mientras ella intentaba coger del suelo la parte inferior del biquini para ponérselo, el procesado intentó introducir su pene por atrás, llegando a tocarle con este su cuerpo, notando la misma que estaba mojado y humedo, saliendo del lugar por una segunda puerta donde se encontraban los cubos de basura y que da directamente a la piscina, la cual no se encontraba cerrada, no impidiéndoselo el procesado, pero requiriéndola, mediante gesto, a que se callara y no dijera nada».