Isabel Bonig, presidenta regional del PP y aspirante a la presidencia de la Generalitat Valenciana, ha optado esta mañana en el Casino Antiguo de Castelló por centrar su mensaje electoral con costantes guiños a la clase media, sobre todo en el apartado de medidas fiscales y económicas.

A juicio de Bonig, los tres princpales problemas de la Comunitat Valenciana son la economía, con el empleo en primer plano, las lista de espera en Sanidad y la Educación. En este último ámbito, Bonig ha marcado territorio con su apuesta por libertad de educación y ha sacado pecho de su valencianismo. "Yo soy valenciana, española y europea", ha remarcado.

La candidata a la presidencia de la Generalitart no ha desvelado su estrategia de cara a posibles pactos postelectorales, pero sí ha remacado cuáles son las líneas que no sobrepasará, "la defensa de la Constitución y del Estatuto de Auotnomía". También, en este punto ha aseverado que que tampoco ofrecerá un pacto al PSPV y su líder Ximo Puig. "Ya fuí rechazada por Ximo una vez [en alusión al pacto que le ofreció en 2016], y no lo haré una segunda vez", ha dicho.

Bonig ha sido la invitada de los desayunos de trabajo que organiza el Real Casino Antiguo de Castelló en marco de la campaña de la electoral. La líder regional del PP ha estado arropada por un aluvión de cargos públicos y candidatos populares a las próximas elecciones generales y autonómicas, entre ellos, el presidente provincial y número uno de la lista del PP a Les Corts, Miguel Barrachina, y el presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner. El primero ha sido el encargado de presentar al interveniente a quien ha definido como "una mujer extraordinaria, brillante y sin complejos".

Además de los candidatos y cargos populares, el acto de Bonig también ha contado con la presencia de desatacados miembros de la sociedad y economía de la capital de La Plana, entre ellos, el representante de la Confederación de Empresarios Valenciana en Casteló, Sebastiá Pla.