La revolución de las «cosas pequeñas». Esa es la bandera que enarboló ayer la candidata de Compromís a presidir la Generalitat, Mònica Oltra, que lanzó un mensaje de ánimo y esperanza al electorado de la formación, a los simpatizantes que llenaron hasta el gallinero las cerca de 700 plazas del Teatre Principal de Castelló. Oltra no recurrió al discurso del miedo contra el «trifachito», pero sí dejó claras las prioridades para unos otros. Y puso un ejemplo claro de esas «pequeñas cosas» que han ido tejiendo la «revolución social y ciudadana» en la Comunitat valenciana en los últimos cuatro años. «Nosotros lo primero que hicimos en 2015 fue recibir a las familias de las víctimas del Metro de València para 'curar heridas'; el 'trifachito', en Andalucía, retirarle el pago de impuestos a los ricos; esa es la diferencia», señaló entre aplausos.

Oltra ejerció en todo momento de carismática líder de Compromís sobre las tablas del escenario, sin envidiar en nada a cualquier monologuista: tiró de humor, de sentimientos, de anécdotas y de dolor, este último especialmente presente cuando recordó el día en el que descubrieron «una caja llena de polvo donde había abandonadas 17.000 peticiones de familias pidiendo ayudas para la dependencia; eso es lo que le importaba al Partido Popular», se lamentó una emocionada Mònica Oltra.

Acompañada por los candidatos por Castelló al Congreso, Marta Sorlí, y a las Corts Valencianes, Vicent Marzà; respaldada por Joan Baldoví, que aspira a repetir en Madrid por la provincia de València, y con el alcaldable de Compromís por Castelló, Ignasi Garcia, como maestro de ceremonias, Oltra apeló también a los números para animar a ir «contra viento y encuestas». Y lo hizo con ejemplos claros. «En 2011 nos daban cero diputados autonómicos y logramos seis; en 2015 los sondeos apuntaban a un máximo de 8 y conseguimos 19... Y en 2019 dicen que tendremos 19, pero ya os digo que está en vuestras manos porque, nosotros hemos batallado estos cuatro años, pero ahora os toca a vosotros contarlo a la gente para que lo conozca porque, además, queda mucho por hacer», señaló ante una audiencia entregada.

«Pobres con dinero»

La candidata de Compromís, que tuvo tiempo también para lanzar un mensaje de solidaridad con el pueblo francés por el desastre cultural que supuso ayer el incendio de Notre Dame de París, situó como protagonista a su hijo, Emilio, de 11 años, quien en clase «definió a la percepción la diferencia de las clases sociales: los pobres sin dinero, los pobres con dinero» -entre los que situó a su familia- «y los ricos, que se compran cosas que no necesitan». También se acordó de las tres derechas: la bárbara (Vox), la corrupta (PP), y «la que no se entera de nada» (Cs), tres partidos que «se ponen rápido de acuerdo para gobernar para los de siempre». Y lo ejemplificó en el empresario Florentino Pérez, «a quien seguro que no le preocupa que haya o no sanidad pública, educación pública o pensiones».

Mònica Oltra ensalzó la presencia de Compromís, su presión a los socialistas, como clave para los logros del Botànic, y animó al voto de los castellonenses para seguir siéndolo. Lamentó así mismo que desde el PSPV se lancen mensajes como que «su primera opción» para futuro pactos será reeditar el Botànic. «Y cuál es la segunda?», se preguntó Oltra, instando a Ximo Puig a «ser claro, porque con el voto no se juega y los votantes se merecen saberlo». «Para nosotros solo hay una: el Botànic», sentenció.