Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matarem el cuc ací

Comer en el paisaje de la Serra d'Espadà

El restaurante está en un edificio cien por cien sostenible y desconectado de la red, porque la construcción es totalmente autosuficiente debido a las placas solares

Comer en el paisaje de la Serra d'Espadà JAVIER PEÑARROJA

Desde el pequeño puesto que Juanma, Susana y otros activistas de Greenpeace tenían en el centro de la ciudad de València hasta este magnífico refugio del mundo en pleno parque natural de la Serra d'Espadà en el término municipal de Alfondeguilla, ha llovido mucho. Y precisamente eso nos rodea ahora mientras observamos el paisaje. El verde de los alcornocales y los pinos que reluce significativamente y destaca bajo el gris del cielo. ¿Qué mejor lugar para ver la lluvia que el hotel Mar de Fulles?

Aunque haciendo un poco de retrospectiva podemos recorrer una historia en la que cuesta creer que todo este proyecto empezase con 6.000 euros y una idea: concienciar a las personas sobre el cuidado de nuestro planeta.

«Nos dimos cuenta que en el puesto que teníamos en el centro de València de Greenpeace llegábamos sólamente a un público ecologista, pero los visitantes a los que queríamos llegar no paraban, puede que porque el lugar ya estaba condicionado», cuenta Juanma, director del hotel.

El concepto que aquí se trabaja es que los productos sean de primera calidad, y la experiencia gastronómica sea inmejorable. Un lugar que visitar sin prisas. A la entrada del restaurante encontramos cuatro huertas con verduras y hortalizas de temporada y multitud de hierbas aromáticas que perfuman el recinto junto a la resina de los pinos.

Y lo de la experiencia gastronómica no es más que lo que se siente cuando te dicen que «esa cebolla que está usted comiendo estaba plantada ahí esta mañana» o cuando ves recoger del huerto las hierbas aromáticas y las flores que vas a tener en el plato después.

Y aunque esto parece la finalidad sólo es el camino, porque la finalidad va mucho más allá, ya que «lo que se trata es de conseguir esa concienciación con el medio ambiente mediante esa experiencia gastronómica, por eso no abandonamos el camino que emprendimos en 2006, que es cuando empezó a funcionar el hotel».

Esto se consigue con un edificio cien por cien sostenible y desconectado de la red, porque el edificio es totalmente autosuficiente mediante su techo cubierto por placas solares. De hecho este proyecto llevado a cabo por la empresa Heliotec, de la vecina localidad de la Vall d'Uixó, fue premiado como edificio sostenible por la Unión Europea en 2006.

En el restaurante Mar de Fulles degustaremos una variedad de platos elaborados con materias primas locales, ya que lo que no produce la propiedad lo adquieren de huertas y ganaderías locales. Incluso los platos se diseñan y elaboran por empresas valencianas.

«La carta va evolucionando constantemente, ya que la temporalidad de las verduras y las carnes obliga a la elaboración de nuevos platos cada corto periodo de tiempo, aunque siempre disponemos de un arroz, con distintas preparaciones». Y maridarlo todo con el agua de su propia marca, con su propio vino, o con su propia cerveza (todas ellas etiquetadas con el nombre Mar de Fulles) acentúa la experiencia sobremanera.

En este caso, tuvimos la oportunidad de probar un arroz con pato y boletus de temporada y unas exquisitas alcachofas de Benicarló con calamares y panceta.

El restaurante dispone de dos menús en los que degustar sus elaboraciones en las que la elegancia y el paladar van cogidas de la mano para crear una sensación de tranquilidad de quienes vengan a disfrutar del maravilloso enclave en la Serra d'Espadà que es Mar de Fulles.

En ambos menús cobra importancia la palabra «tranquilidad», ya que el visitante «no viene a comer un menú rápido y práctico, sino un plato elaborado con una materia prima escogida y un lugar inigualable», por lo que no se ofrece una experiencia práctica y rápida sino degustable y placentera.

Compartir el artículo

stats