Ciudadanos de Castelló vivió ayer un nuevo capítulo del serial que ha protagonizado a cuenta de la elección del candidato a la alcaldía de la capital. Ayer, que era el último día para registrar candidaturas municipales, el partido saltó por los aires y protagonizó un enfrentamiento a cara de perro entre Jesús Merino -que afirmaba tener el aval de las cúpulas de València y Madrid para ser el alcaldable- y la dirección local - capitaneada por el coordinador local, Félix del Pozo, y la diputada y candidata al Congreso, Sandra Julià-. Esta guerra malogró la candidatura de Merino, ya que se negaba a liderar una lista impuesta por la dirección local y no designada por él mismo. La ejecutiva de Castelló registró a última hora una alternativa que encabeza el también médico Alejandro Marin-Buck.

El enfrentamiento entre los dos bandos se arrastra desde hace semanas. Ayer parecía que Ciudadanos iba a presentar in extremis la candidatura de Jesús Merino tras recibir el refrendo de las ejecutivas del partido de Madrid y València. Merino contaba, además, con el respaldo del candidato a la Generalitat, Toni Cantó, quien lleva de dos en su lista a las Corts a Ruth Merino, hermana del aspirante.

La principal condición de Merino para disputar la alcaldía era el de tener manos libres para formar su propio equipo, pero la junta local pretendía controlar este proceso. La corriente de Julià y del Pozo amagó días atrás con presentar a Marin-Buck por la falta de acuerdo. Luego transigió con Merino como cabeza de cartel por la presión de València y Madrid, pero no cedió en la elaboración de la lista.

Así, se llegó al día de ayer con dos candidaturas de Ciudadanos sobre la mesa. Las dos estaban encabezadas por Merino, pero una estaba integrada por gente próxima al neurocirujano, y la segunda por personas alentadas por la dirección local. Merino se presentó por la tarde en la sede de Ciudadanos para recibir el aval de la interventora y representante de CS en la Junta Electoral, Sandra Julià. Su firma era necesaria para poder inscribirse en el registro, pero Julià rechazó su relación de nombres y le planteó otra opción, con personas vinculadas a la ejecutiva local y con Marin-Buck de dos.

Merino rechazó esta propuesta y convocó a las siete de la tarde a la prensa en la Ciudad de la Justicia para arremeter contra Julià y del Pozo. También dio cuenta a los órganos del partido. El objetivo de la convocatoria era el de conseguir una rectificación por parte de la organización local. En caso contrario, no optaría a la alcaldía. También quería una reacción de Madrid. Merino permaneció hasta cerca de las once de la noche en la Ciudad de la Justicia -el plazo acababa a las 12 de la noche-.

Pero el partido no se pronunció y Merino dio marcha atrás. Finalmente, Ciudadanos confirmó su oferta electoral en Castelló con Marín-Buck de cabeza de cartel al filo de la hora límite, seguido de Paula Archelos, Vicente Vidal, Esteban Ventura y Mari Cielo Leiros.

«Lista fraudulenta»

Desde el entorno de Merino señalan que elevarán esta decisión al comité de garantías de Ciudadanos. La candidatura, una vez presentada, solo se puede modificar a posteriori si se producen renuncias de los candidatos.

Merino acusó de intento «de secuestro de una parte de la junta local de Ciudadanos del mandato de las directivas» autonómica y nacional. «Este grupúsculo, encabezado por Sandra Julià y Félix del Pozo, ha tratado de imponer su propia lista», explicó Merino a los medios de comunicación, quien señaló que han incumplido los estatutos del partido, «que recogen que el candidato a alcalde tendrá la potestad para confeccionar la lista».

Advirtió que como consecuencia de ello se presentará «una candidatura fraudulenta que jamás contó con el apoyo de los órganos reglamentarios del partido».

Entre otros nombres, el ya exaspirante proponía en su equipo a Marilú García, María Griñó y José María Perales.