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25 años y un día

Los autores de «La cansó de l'abre» y Lledó

Una vez que se han celebrado las elecciones en la Comunitat es conveniente repasar un viejo poema que fue un programa valencianista... y botánico

El resultado de las pasadas elecciones autonómicas del domingo anterior permitirán al presidente Puig la reedición del llamado «Pacte del Botànic», y, si el Molt Honorable y sus socios de Compromís y Podem no deciden meterse en otros jardines, los regnícolas disfrutaremos (o sufriremos) de un segundo gobierno de progreso y valencianista. En tanto que los enunciados de este programa político todavía son una incógnita, el señor Ferran Sanchis y un servidor, realizamos hoy aquí una aportación bipartita que, como todas las nuestras, nos transporta al pasado.

El viejo Cayetano/Gaetà Huguet Breva, presidente de la Liga de Contribuyentes y primer regidor de ideas regionalistas en el consistorio castellonense (1906), escribió un poema patriótico dedicado al árbol. Y como se trataba de un himno, los versos que firmó estuvieron acompañados por la música de mosén Vicent Ripollés, «dos fills de Castelló», según reza en el libreto. Pero antes de pasar a la letra y la solfa nos detendremos en el programa máximo que suscribieron al alimón el prócer y el prévere. Transcribimos el texto tal cual, en el valenciano prenormativo, que ambos autores dirigen a la corporación provincial y capitalina: «L'abre es lo símbol més senyalat dels més prehuats valors de la Regió Valenciana. Sens ell no se comprendría la existencia de la nostra agricultura integral e intensiva, que representa ella asoles la mitat aproximada de la total exportació espanyola de frutes i la mitat del consum nacional de primeres materies fertilisants. Tampoc sense la possessió d'aquest famós valor pel nostre poble ni estaria justificada la excelcitut de la raça valenciana ni apareixeria tant inconfundible i definida la silueta de la nostra personalitat dins de la Nació Espanyola.

Al cantar a l'abre aquest dos fills de Castelló, ab lo senzill himne que tenen la honra de dedicarvos, creuen cantar a nostres llegítimes glories i senten lo desig fervorós. Excms. senyors, de despertar i vigorisar entre la joventut del antic Regne de Valencia l'amor ad aquestes mateixes glories i el respecte i orgull de nostra propia personalitat, dins la benvolguda Mare Espanya.

Si vos digneu acceptarlo será motiu del més hondo i respectuós agrahiment dels autors, que devotament vos saluden. Vicent Ripollés-Gaetá Huguet».

Canto en «l'oberta» de Lledó

Hoy, que también se celebra el día de la Marededéu de Lledó, patrona de la ciudad, recordamos la acción urbanística que representó «l'oberta» del camino al ermitorio. El citado poema (que reproducimos en la imagen central) iba dirigido «als infants de les escoles valencianes i als fills dels llauradors» y se cantó -al menos en una ocasión- cuando se abrió el camino de Lledó y se plantaron decenas de árboles de sombra para su embellecimiento. Para que fuera posible «l'oberta» del vial, el prócer y regidor valencianista compró la parcela que impedía la urbanización en línea recta del paseo; un hecho muy celebrado en el cambio de siglo.

Por su parte, mosén Vicent Ripollés también realizó su particular contribución al marianismo local componiendo la música de los gozos, a los que el cronista Luis Revest les puso esa letra que hoy resuena: «Del poble de Castelló / sigau llum i auxiliadora...». Sirvan estos versos para recuerdo del lledoner en particular y de la botánica en general.

El apunte, con Ferran Sanchis

Que a un político se le pueda denominar «valencianista», más allá de la etiqueta, nos remite a una exposición de 2006, conmemorativa del centenario de la entrada de Gaetà Huguet Breva en el ayuntamiento. En los ambientes que frecuentaba este terrateniente y filántropo se celebró el encontronazo que protagonizó con el alcalde Carlos González Espresati (1907). El edil se dirigió al pleno en valenciano y la primera autoridad le conminó a que se pasase al idioma oficial («Ruego a su señoría que se exprese en castellano»), don Gaetà Huguet Breva se negó a hacerlo y abandonó el ayuntamiento para siempre. Hasta que la lengua popular y oficiosa, pasara a ser lengua cooficial, tuvieron que transcurrir más de siete décadas y dos dictaduras. Según ha contado el investigador Manuel Carceller, tomando el testimonio de Quiquet de Castàlia (de sus años de corresponsal de La Vanguardia), el primer alcalde en utilizar el idioma vernáculo en un acto público fue Vicente Pla. Fue en las fiestas de la calle Sant Blai del año 1976, recien enterrado Franco. Dijo allí el regidor Pancheta: «Sóc llaurador; un més de vosaltres. Esta paraula ho abarque tot: sóc de la soca castellonenca, ho dic amb infinit orgull». Ante este caso inaudito, el cronista Quiquet apuntó: «Sin duda alguna, el señor Pla Broch ha sabido aprovechar bien la oportunidad de poder hablar -y hacerlo en la lengua de todos- ante un auditorio de más de dos mil personas y€ en plena calle». No obstante, nuestro memorión Sanchis nos recuerda un acto muy anterior, en los años 50, y a otro Pancheta, Rafael Ribés, a la sazón concejal del alcalde Ferrer Forns. Fue en una acto en el Teatro Principal, cuando tuvo que improvisar un discurso como mantenedor y utilizó su habla natural. Como no era muy ducho en el arte de la oratoria, por unos segundos olvidó en qué lugar se hallaban nuestras famosas pinturas rupestres (de donde luego aseguró que procedíamos). Entonces, sucedió un hecho todavía más sorprendente, interpeló al público y una persona respondió: «En el barranc de la Valltorta». ¡Oh, prodigio, le había contestado y en valenciano!

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