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Suera, una forma anhelada de contemplar la vida

Suera, una forma anhelada de contemplar la vida

A menos de 40 minutos de Castelló hay un pueblo que ofrece al visitante la posibilidad de contemplar la vida a un ritmo más pausado que el habitual, se trata de Suera que es una localidad de la Plana Baixa que está aposentada a poco más de 300 metros sobre el nivel del mar, sin embargo su ubicación resulta estratégica para disfrutar de la amplitud de los bosques que residen en su término municipal, no en vano su geografía se extiende en las últimas estribaciones de la Serra d'Espadà.

Suera nos brinda un domingo diferente, una desconexión del trabajo y un punto de recarga para el espíritu. La afluencia de vecinos aumenta en fin de semana y el tránsito de peatones en sus calles florece con el sol de la primavera, para el visitante se crea una estampa que recuerda a una infancia plácida y anhelada.

La confección de la población es testigo de la historia pues el origen de Suera parece corresponderse a la época de dominación musulmana. En ese periodo, varias alquerías se encontraban protegidas por el Castillo de Maúz. Tras la conquista cristiana, los pobladores se agruparían en el lugar que hoy ocupa el núcleo urbano. Después fue conquista por Jaime I. Todo ello ha originado que el pueblo siga manteniendo un aspecto musulmán de escaladas casas y calles estrechas.

La conexión entre pueblo y montaña es uno de los puntos a tener en cuenta si la visitamos. Los amantes del 'trekking' encontrarán sendas que recorren los montes cercanos, altos miradores, paisajes salvajes y enclaves donde reposar. Es el caso de la Font de Castró que está a un plácido paseo del núcleo urbano y desde esta ubicación se abren varias sendas para caminar o montar en bicicleta, por ejemplo podemos tomar un camino hacia Ayódar. Desde los primeros metros de nuestro trayecto nos acompañará en todo momento el Barranco de Castro, siempre vigilados por el Castillo de Maúz, más adelante cruzaremos un 'Pont de Ferro' y llegaremos a la curiosa construcción del refugio 'El Refugio'. Es ahí donde encontraremos las primeras carrascas, alcornoques y una imponente peña que parece que, por su inclinación, desafíe la ley de la gravedad.

En nuestro camino escucharemos el agua correr de la 'Font de la Bocamina', que está escondida a pocos metros de nuestro camino entre álamos y pinos. Y también pasaremos por la 'Font dels Ullals' estancada en un paraje frondoso y ubicado a menos de un kilómetro para volver al punto de salida de nuestro camino, la 'Font de Castro'.

La pequeña urbe nos ofrece la posibilidad de contemplar la Iglesia Parroquial de la Asunción que data del s. XVIII. Se trata de un templo que presenta unas dimensiones espectaculares dado lo reducido del núcleo urbano. El edificio compuesto por una nave central y dos laterales separadas por columnas cuadradas, de estilo corintio. Conserva frescos de Oliet y un mural cerámico en la fachada de Manolo Safont.

'Suera Alta' está separada de la población y es donde vivieron los primeros habitantes de la zona, conserva buena parte de sus estructuras, casas, molinos y calles. En su cúspide está el castillo de Suera (Castillo de Maúz) del s. XII y de origen musulmán. Se encuentra en ruinas, pero su silueta recortada abruptamente es llamativas a la mirada porque aún se aprecian grandes lienzos de murallas y la parte inferior de lo que debió ser la torre mayor.

Además Suera cuenta con un albergue municipal, un hotel restaurante, una zona para caravanas y dos bares ubicados en el corazón de su urbe.

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