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CD Castellón

Cabezas salvando cabezas

El centro al área y el remate de cabeza, la secuencia más productiva del Castellón de Óscar Cano

Cabezas salvando cabezas

Si juegas en el Castellón y necesitas un gol, lo mejor que puedes hacer es dársela a Muguruza para que meta el centro al área. Al menos así lo dicta la experiencia, en especial desde la llegada de Óscar Cano. El entrenador granadino lleva 20 partidos al mando del Castellón. El equipo ha sumado 21 goles: 12 de ellos de remates de cabeza.

Esa productividad ha servido para asomar la cabeza en la tabla. El 3-1 al Peralada, con un triplete de certeros testarazos, sacó al Castellón del descenso a falta de dos jornadas. El partido concretó en hora y media los rasgos del Castellón de los últimos meses. Cano, que llegó a Castalia envuelto por el discurso del juego de posición, se ha adaptado pragmático a las virtudes y los defectos de su plantilla. El equipo juega más directo que mascado.

La frecuencia de los goles de cabeza ha aumentado desde la llegada de Cano. Con Sergi Escobar y David Gutiérrez, el Castellón anotó 12 tantos. Solo dos fueron de cabeza. Los de Cubillas, referencia aérea no solo para el remate, pero también. El primer gol de cabeza de la 'era Cano' lo metió Cubillas en diciembre al Conquense. El último lo hizo el domingo al Peralada. Entre medias, anotaron de testa Rafa Gálvez (Ontinyent), César Díaz (Ontinyent, Cornellà, Hércules, Olot y Sabadell), Jairo Cárcaba (Badalona y Alcoyano), Regalón (Peralada) y Muguruza (Peralada). Muguruza además ha emergido como asistente. Nadie en el equipo ha dado más pases de gol que él: lleva seis.

Los otros nueve goles de la 'era Cano' se reparten de manera variada. Algunos no fueron de cabeza pero también se forjaron en centros al área. Así ocurrió con el de Caballero en Peralada, en un córner, el del Barça B en propia puerta en otro saque de esquina, o el de Jairo al Teruel, rematando de volea un centro de Muguruza. El vasco está en casi todas. Asistiendo en el único gol a la contra a César en Lleida. También marcando en Cornellà un penalti forzado por Gálvez en un balón a la olla al área. Otro gol de penalti lo marcó Ramos, autor de uno de los pocos tantos nacidos en jugada limpia (al Ejea tras maniobra de Cubillas). Los dos goles restantes con Cano en el banquillo fueron tiros de media distancia de Jamelli y César Díaz, que se envenenaron al tocar en un contrario.

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